domingo, 28 de diciembre de 2014
Porque te quiero como el mar quiere a un pez que nada dentro dándole de respirar.
Ojalá no se acabara este año nunca. Ojalá pudiera tenerte cerca de mi durante el resto de mi vida. Sentir que esto se va a acabar en cualquier momento me paraliza. Me asusta. Saber que un día abriré los ojos y que ya no estarás más; que tú ya nunca, como si tú antes nada. Te quiero mucho como para aceptar el hecho de perderte, así que lo siento. Me niego a seguir intentando no quererte. Me siento vacía cuando lo hago. No lo entiendas, no es necesario. Tu solo tienes que mirarme a los ojos y no apartar la vista nunca. Yo ya me encargo de quererte. De acariciar tu pelo oscuro, de perfilar tu labios con mis dedos, de decirte que te quiero al oído. Tu simplemente, quédate. Te lo suplico, no te vayas nunca. Te necesito, como un pez necesita el agua para respirar. Sin ti no puedo y lo sabes de sobra.
jueves, 18 de diciembre de 2014
A kilometros de mí.
Probablemente este equivocandome otra vez. Pero me da igual. Porque pasan los
días y... Y ya esta. Pasan y punto. Tu no estás, nunca estarás. Pero eso es algo
que se me olvida últimamente. A veces pienso en nosotros, como si tú y yo
fuéramos un "nosotros". Me pregunto porque haces o dejas de hacer cualquier
cosa, como si tú pensaras en mí. Intento pedirte explicaciones como si me
debieras algo.
Querer todo lo que no quieres querer duele, eh. Y no sabes lo mucho que lo siento, tampoco trates de imaginartelo. No sabria como decirte como me siento, porque no creo que quieras saberlo.
Me encantaría saber que todo por lo que estoy muriendo vale la pena, pero sé que no. Sé que tengo las manos llenas de un montón de cosas para darte, cosas que para ti no son nada. Porque, ya sabes, que a veces se me olvida que entre tu y yo hay de todo menos un nosotros. Quiero decir, hay amor, amistad, respeto, cariño, pero con un gran espacio entre tu y yo, como esa maldita conjunción que separa el tu del yo. Así, lejanos, siempre. Porque una persona está donde se encuentra su corazón, y el tuyo está a km de mi.
Me he distanciado. Un poco. Es cierto. Entiéndelo. Verte siempre tan lejos, no saber si sí o si no. Ahogarme en un charco, como siempre. Y es que necesito ver de ti. Pero no puedo ver nada, porque no me miras. Yo para ti, ya nada.
Querer todo lo que no quieres querer duele, eh. Y no sabes lo mucho que lo siento, tampoco trates de imaginartelo. No sabria como decirte como me siento, porque no creo que quieras saberlo.
Me encantaría saber que todo por lo que estoy muriendo vale la pena, pero sé que no. Sé que tengo las manos llenas de un montón de cosas para darte, cosas que para ti no son nada. Porque, ya sabes, que a veces se me olvida que entre tu y yo hay de todo menos un nosotros. Quiero decir, hay amor, amistad, respeto, cariño, pero con un gran espacio entre tu y yo, como esa maldita conjunción que separa el tu del yo. Así, lejanos, siempre. Porque una persona está donde se encuentra su corazón, y el tuyo está a km de mi.
Me he distanciado. Un poco. Es cierto. Entiéndelo. Verte siempre tan lejos, no saber si sí o si no. Ahogarme en un charco, como siempre. Y es que necesito ver de ti. Pero no puedo ver nada, porque no me miras. Yo para ti, ya nada.
miércoles, 10 de diciembre de 2014
Un montón de cosas que para él no son nada.
Lo siento. Los siento mucho, pero tengo que hacerlo. No
quiero que lo entiendas, ni que me perdones. Solo quiero que sepas porque lo
hago. Por qué voy a besarte, por qué necesito hacerlo. No es complicado de
entender. Te veo cada día, hablamos a escasos centímetros y siento como el
corazón parece que se me vaya a salir. Te digo que te quiero y me miras con
esos ojos, permaneces quieto, inmóvil, tragas saliva y medio sonríes; porque no
sabes que hacer, ¿cómo contestar un te quiero a alguien que no quieres? Me dices que no es posible y yo
no puedo. No puedo simplemente quedarme quieta, porque lo único que quiero es
que pase algo. Y necesito que pase algo, necesito sentirte mío, aunque sea por
unos segundos. Necesito sentir que produzco algún efecto en ti.
Lo sé, sé las consecuencias. Sé que la que va a salir
perdiendo soy yo, como siempre. Pero queramos o no, esto que tenemos va a
perderse. Si me quedo quieta, no me lo voy a perdonar nunca. Entiendo que después
de esto no quieras hablarme, ni mirarme, que no quieras saber de mí. Entiendo
que quieras separarte. Pero necesito sentirte por una vez en mi vida. Necesito
descubrir el sabor de tus labios y perderme por la curva de ellos. Necesito
saber cómo es el paraíso que se esconde tras esa sonrisa. Te necesito como
nunca a nadie en la vida. Tienes que saber que pase lo que pase, yo siempre voy
a estar, siempre. Tan solo tendrás que decir mi nombre y yo volveré a caer.
Siempre volveré a ti, a lo que fuimos, a lo que podríamos haber sido. Siempre
volveré a soñarte y preguntarme que es lo que faltó, o más bien qué es lo que
sobró. Tantas preguntas y ninguna de ellas con respuesta.
Yo te creo. Porque quiero creerte cada vez que me dices que
no quieres verme mal. Pero yo te veo tan feliz, sin mí, hablando de ellos, y yo
me siento tan… miserable. Y lo siento, siento que tengas que pasar por esto,
causarte problemas y a veces, no entender que tú no quieres. Pero no puedo
seguir así, necesito algo, algo para sentir que… para sentir que me sientes.
No quiero hacerte daño, pero sé que lo voy a hacer. Me pasa
un poco como a ti, no quieres hacerme daño, pero me dices que me aguante y hablas
de ella, casi tan bien como yo de ti. Sí, casi tan bien. Quizás me equivoco,
pero creo que nadie puede querer a alguien tanto como yo a ti. Ni Julieta a Romeo,
ni Melibea a Calisto, ni tú a ella.
Lo que duelo no es que no me quieras, lo que duele es que no
lo aprecias. Podría enviarte 365 cartas al año, desearte las buenas noches cada
día o decirte que te quiero antes de irme a casa, que tú eso jamás lo sentirías.
Y duele. Saber que tienes las manos llenas de un montón de cosas para darle, un
montón de cosas que para él no son nada.
martes, 9 de diciembre de 2014
It will be hard to hear your name when I haven't seen you in so long.
A veces te siento tan lejos que tengo miedo del mundo. Te
siento tan lejos y me siento tan sola, que no sé cómo ser feliz. Es por eso que
te necesito, es por eso que te busco. Quiero ser feliz. Pero contigo. Que la felicidad
sin compartirla me sabe a poco, me sabe a soledad. Quiero que seamos felices. Tenemos
mucho mundo que recorrer y muchos días que vivir. Y los veo tan insípidos, tan vacíos
sin ti. Pero tranquilo, que ya me voy haciendo a la idea de que un día
despertaré y tú ya no estarás. Tendré un mundo demasiado grande para alguien
como yo. Estaré demasiado rota como para pensar en cómo seguir. Pero seguiré.
Seguiré pensándote y creyéndome la mayor mentira del mundo. La mentira de que
volverás. Iré evitando tu nombre, pero esperando ansiosa a que a alguien se le
escape delante de mí. No preguntaré por ti, pero buscaré respuestas.
Pasarán los días, pero yo seguiré queriéndote como lo hago
ahora. Pasarán los años y seguiré queriendo escuchar tu voz otra vez. Pasará la
vida y te llevaré siempre en mí, como quien lleva a su amuleto de la suerte siempre
encima, porque al fin y al cabo, eres eso, mi amuleto de la suerte. Contigo, ya
sabes que, nada puede ir mal. Contigo la vida es más bonita.
''Luego se fue, como si en algún momento del para siempre se le hubiese olvidado que olvidar no era tan fácil.''
martes, 25 de noviembre de 2014
Porque hay cosas que no se borran nunca. Y regresan otra vez. Como la marea.
Tenía tantas ganas de ti, de recorrer cada rincón de tu boca
con mis labios, de acariciar cada lunar de tu espalda creyéndome una astronauta
viajando de planeta en planeta, de acariciar tu pelo, de sentirte cerca. Tenía
tantas ganas de decirte todo por lo que estoy muriendo. De decirte siempre
estoy ahí, pero que nunca me ves, de decirte que eres tú por quien me paso la
noche en vela, que te pienso a cada hora, que mi cabeza hace eco cada vez que
alguien dice tu nombre, que espero que un día te des cuenta de que hay alguien
que no solo moriría, sino que mataría por ti. Que espero que cuando abras los
ojos puedas verme, que sepas que estoy aquí y que no me voy a ir. Que entiendas
que si en algún momento mis días se vuelven grises y mi vida empieza a perder
color, que si por alguna de aquellas esto pasa, yo solo necesitaré uno de esos
abrazos tuyos, acurrucarme en tu hombro, respirar en tu cuello, vivir al compás
de tus latidos. Que si un día sientes que me estoy apagando, que por favor, no
dudes un segundo en abrazarme y decirme con tu voz en formato susurro, que todo
va a estar bien. Aunque sea la mayor mentira del mundo, que me lo digas, porque
de ti me lo creo. Porque contigo, parece que todo va a ir bien.
Que si un día vas por la calle y te acuerdas de aquella
chica que te observaba por los pasillos, de aquella chica que se derretía cada
vez que la mirabas, por favor, que no dudes en llamarla. Que para ella escuchar
tu voz será como volver a vivir. Que le estarás salvando, que le estarás dando luz a sus días. Que ella te necesitará.
lunes, 24 de noviembre de 2014
Stop the clocks forever.
Te apreté la mano, con toda la fuerza del mundo. Te apreté
la mano y cerré muy fuerte los ojos. Y pedí, por favor, que el tiempo se
parará. Y lo hizo. Se paró justo ahí, en medio de esa plaza de esa ciudad
perdida. Las nubes dejaron de moverse, la gente desapareció y tú sonreías.
Después, cuando te solté, supe que seguirías riendo. No me equivocaba. Recuerdo
que me preguntaste:
- ¿Qué haces?
- Nada, intentaba parar el tiempo.
- Estás loca, ¿cómo vas a parar el tiempo?
- ¿Qué haces?
- Nada, intentaba parar el tiempo.
- Estás loca, ¿cómo vas a parar el tiempo?
Yo te miré, me quité el reloj de la muñeca y te lo enseñé.
- He cogido tu mano y mientras, he parado el tiempo.
- Las once y veintiuna…
- Las once y veintiuna del mejor día de mi vida.
- Aun te quedan muchos por vivir, no te precipites.- Dijiste mientras mirabas profundamente en mis ojos.
- Bueno, no me precipito, pero… es igual, jamás lo entenderías.
- ¿Por qué?
- Porque para mí, todos los días contigo son los mejores días de mi vida.
Y sin dejar de sonreír, te acercaste y me abrazaste. Y apoye
mi cabeza en ese hueco mágico entre tu cuello y tu hombro. Y apretaste con tus
manos mi espalda y besaste mi pelo. Y eso te hacia mágico, saber cómo y cuándo
dar un abrazo, eso nadie lo hacía tan bien como tú y nunca nadie lo hará.
Porque seguiré agarrando otras manos, pero en mi muñeca izquierda seguirá ese
reloj que marca las once y veintiuna del mejor día de mi vida.
jueves, 13 de noviembre de 2014
Look at the stars, look how they shine for you.
Entonces tú sonríes y el cielo se vuelve de ese color de los
atardeceres, así como un color infinito. Y el mundo es mucho más bonito, porque
se para y lo puedo mirar tranquilamente, como te miro a ti. Cuando perfilo tus
labios con mis ojos y pienso en besarlos milímetro a milímetro. Como cuando
rozo tus manos y me parece haber tocado el cielo. Como cuando escucho tu voz y
me quedo sorda ante todas las demás, porque la tuya es la que quiero escuchar
durante el resto de mis días. Porque a día de hoy, sigo sintiendo aquello que
un día te dije. Porque te quiero y creo
que no he hecho ni jamás hare algo tan real como esto. Porque te siento, ahí,
en lo profundo de mi pecho, en cada latido que da mi corazón, en cada pestañeo,
en cada sonrisa, te siento, ahí dentro de mí. Y lo peor de todo es que me
gusta, me gusta sentirte en mí, sentir tu risa tras de mí, sentir tu mano en la
mía, tu mirada en mis ojos. Me gusta porque sí, porque te quiero. Porque cuando
miro las estrellas y veo como brillan, pienso en ti y en tu sonrisa, capaces de
alumbrar el mundo entero. Y creo que eso no puede ser tan malo.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Maybe I have said something that was wrong.
Me encantaría acariciar tu piel, milímetro a milímetro,
provocar un escalofrió en ti y decirte que te quiero. Pero no. Creo que ya es
hora de dejar de imaginar, ¿no? No quiero seguir mintiéndome. Si no me quieres
hoy, tampoco lo harás mañana. Y lo entiendo, de verdad. Es imposible que
alguien como tú, quiera a alguien como yo. Es cierto que ni siquiera sé tú tipo
de chica, si te gustan con el pelo largo o con el pelo corto, altas o bajitas.
Pero poco importa, porque tú ya tienes a tu chica, la que quizás si serlo, se
ha convertido en tu prototipo. Pero ten entiendo, hay días que soy
insoportable, que lo fastidio todo, que me enfado enseguida, pero hay días en
los que soy para ti, toda, te miro y respiro lento, y sigo mirándote como
intentando decirte que aquí estoy. Pero no, no estoy. Tú no tienes ojos para
mí, ¿Acaso me equivoco? No puedes. No quieres. No debes. Todo no. Aceptar un no
es duro, pero aceptar tres es mucho más. Soltar el aire no sirve, porque no
borro tus palabras de mi pensamiento. ‘’Te tienes que aguantar. ’’ ¿Y qué pasa
si no puedo? ¿Qué pasa si ya no puedo? Escúchame, por favor. Te necesito. No
puedo dejarte ir, porque no me lo perdonaría nunca. Nunca. No puedo más. Me
duele, ahí en la parte izquierda de mi pecho. Duele.
sábado, 1 de noviembre de 2014
But you don't want to come on.
Hay algo que tienes que saber. Y es que pase el tiempo que pase,
siempre, siempre voy a pensar en ti. Porque has llenado un hueco en mi corazón,
que no voy a poder borrar. Dicen que el primer amor es el verdadero, que los
demás son solo para olvidar. A lo mejor es cierto. A lo mejor me paso la vida
buscando a alguien que me enamore como tú. De cero a diez. Empezar con nada y
acabar con todo. Enamorarme de dentro a fuera, escuchar tu corazón y comprender que no necesito nada más que tus
latidos para seguir. Pero bueno, seguro que jamás encuentro unos labios que
besen como los tuyos, porque no sé cómo besas. Pero no voy a encontrar ni unos
labios, ni unos ojos, ni unas manos, ni a nadie como tú. Porque lo que una
persona te hace sentir, no lo hace ninguna otra. Y tú me haces sentir bien, me
das ganas y motivos por los que sonreír, ¿y por qué no? También por los que ser
feliz. Deberías saber que soy tuya. Toda. Tuya. Deberías saber que dentro de un
tiempo, puede que dentro de algunos años, nos cruzaremos y te seguiré mirando
de la misma forma en la que te miro hoy. Seguiré emocionándome cada vez que
hablas de ti y seguiré sonriendo al mirarte a los ojos. Es una pena, he llegado
en el momento equivocado. Pero no puedo cerrarte la puerta, no puedo cerrar la
puerta a lo más bonito de mi vida. No soy lo suficientemente valiente como para
afrontar tus sentimientos. Como para admitirme que no me quieres. No. No puedo.
jueves, 23 de octubre de 2014
Por eso y más perdóname.
- Lo siento.
- - ¿Por?
- - Porque me
he comportado como una idiota enfadándome contigo y haciendo como que no pasaba
nada, cuando sí que pasa. Porque no tienes la culpa de nada y siempre te la
echo, porque tengo miedo de que esto se rompa de verdad.
- - Pero si no pasa nada. Yo te entiendo, sé que no
es fácil para ti y que pues te duele.
- - Ya, no es fácil para mí y tampoco para ti. Mira,
quiero que sepas algo.- Le dije mirando directamente a sus ojos.
- - Dime.- Respondió con esa media sonrisa.
- - Muchas veces he estado distante porque…
-empezaban a brillarme los ojos-…Porque sentía que no me querías y me dolía
mucho.- una lágrima empezó a caer por mi mejilla.- Me dolía mirarte y ver que
no sentías nada, me dolía ver que la persona a la que más quería en mi vida, no
me quería y jamás lo iba a hacer. Me dolía y me duele.- Terminé sin controlar
mis lágrimas.
- - No quiero verte así.- me acariciaste la cara.-
No puedo, me duele dolerte. Sabes de sobra que te quiero, que te quiero
muchísimo.
- - Ya, pero no de la misma forma…
- - Es cierto, pero te quiero y no puedo verte así.
Yo solo quiero lo mejor para ti.
Y me abrazó. Y sentí su respiración en mi cuello. Y te
abracé más y más fuerte. ‘’Lo siento susurré’’, sin dejar de llorar. ‘’Tranquila’’,
dijiste acariciando mi espalda. Y me besaste en el cuello. Y me quedé ahí, para
siempre. Contigo, libre, yo. Porque fuimos nosotros como nunca antes lo habíamos
sido. Fuera barreras, fuera todo. Solo tú y yo, transparentes, reales. Tú y yo.
Abrazados.
lunes, 20 de octubre de 2014
Porque eres parte de todo lo que soy.
Cada vez que me preguntan qué es lo que quiero, yo solo
pienso en ti. Te quiero a ti. A ti, como regalo de cumpleaños, como regalo de
navidad, como regalo de santo o como regalo para toda la vida. Sí, para toda la
vida. Ni toda la ropa del mundo, ni todas las mansiones del mundo, ni nada
materia, yo te quiero a ti. A ti, para despertarte a besos y hacerte el
desayuno, para sacarte la lengua en el espejo del ascensor, para cogerte de la
mano en los semáforos mientras conduces y para hacerte feliz, como mínimo,
toda la
vida. Te quiero. A ti. ¿Por qué? No lo sé, contigo la vida parece más
bonita, porque eres mi canción favorita, la que no me puedo quitar de la cabeza,
la que canto a todas horas. Te quiero a ti. A ti, por ser como eres, por
hacerme ser como soy, por hacerme mejor persona. A ti, por ser la razón de mi
insomnio y quien me hace soñar. A ti. Te quiero.
martes, 14 de octubre de 2014
No quiero más silencios que separen sin ser kilómetros.
Perdóname. No sé lo que estoy haciendo. Comportarme como
jamás hubiera querido contigo, como si no me importaras. Auto protegiéndome de
tus sonrisas. No sé a qué juego. Supongo
que es porque no quiero perderte y a veces parece que la única forma de tenerte
cerca, es distanciándome. Perdóname. Ya no más. Lo prometo. Solo sonrisas, solo
miradas que dicen más que cualquier palabra. Voy a dejar de dolerme, voy a
curarme. Voy a curarme de mí, que soy una herida profunda, de las que necesitan
puntos y rehabilitación. Voy a volver. Pero vuelve tú también, por favor. Que
las cosas se ven más fáciles desde tu hombro y con tus brazos rodeándome. Vamos
a volver, que cuando me coges la mano me calmas más que cualquier cosa. Vamos a
volver, que tenemos abrazos pendientes. Vamos a volver, por todas aquellas
veces en las que soñamos con ser, por todas las veces en las que fuimos. Vamos
a volver, por las miradas a distancia y por las que se separan por centímetros.
Vamos a volver, por todas aquellas veces que dijimos que nada iba a cambiar. Te
prometo que vuelvo. Promételo tú también.
domingo, 12 de octubre de 2014
Hablarlo tantas veces y acabarlas todas en ese silencio de punto final. Darnos por imposible. Seguir doliéndonos.
Hoy no me salen las palabras. No sé por qué. Últimamente no
dejo de pensar en ti, de pensar en que decirte y luego cuando te tengo en
frente, no me sale la voz. Supongo que para ti esto ya se acabó hace tiempo.
Aunque a lo mejor ni siquiera empezó. No sé.
Es que ya no sé nada, a veces me gustaría quedarme dentro de mí y no
salir, dejarte. Pero no puedo. Y lo siento, lo siento mucho. Solo pienso en ti,
en ti y en mí. En lo que podría ser si tú y yo fuésemos. Solo pienso en
nosotros, en el sabor de tus labios, en como seria despertar acurrucada en tu
pecho, en acariciarte la espalda antes de dormir, en besarte en la frente y
decirte que te quiero más que a nada en este mundo. Últimamente he dejado de
pensar en mí sin ti. Me he querido olvidar para olvidarte y sin embargo mírame.
Me he convertido en ti, todo lo que ves, todo lo que soy, es por ti. Me he
olvidado de quererme, ya solo te quiero a ti. Yo no soy si tú no eres, yo no
puedo si tú no estás. Ayúdame, por favor. Sé que te importo, aunque solo sea un
poco. Ayúdame.
lunes, 6 de octubre de 2014
Se acabó, ya no hay más.
Me voy a ir. Y no es un aviso, sino una afirmación. Me voy.
No quiero despedidas, ni abrazos que me hagan el lío. Me voy, porque es lo que
tú quieres o al menos yo siento que quieres. Me voy, está decidido. Ya no pinto
nada aquí, nada. Seguir aquí es matarme continuamente. Me quiero ir y me voy a
ir. Porque si me quedo y veo como no me ves… Me voy, no hay más. Y no es ni por
ti, ni por tu culpa, es simplemente por mí, porque no puedo matarme sabiendo
que así, también te matas tú. Así que, me voy. Aunque no vaya a arreglar nada.
Porque estar lejos de ti no va a hacer que me olvide, al contrario, te echaré
de menos, mucho. Te lloraré y sentiré que sin ti me falta el aire. Pero no voy
a ser egoísta y quedarme, prefiero irme, apartarme, dejarte ser. Me voy a ir,
aunque eso no cambie nada, no espero que lo entiendas, ni que lo aceptes. Solo
espero. Como espero ahora, como llevo esperando desde hace tiempo. Porque me he
dado cuenta de que al fin y al cabo, es lo único que se hacer. Así que me voy,
aunque siga esperándote, aunque siga pensándote, me voy.
miércoles, 1 de octubre de 2014
Soltar el aire y volver a respirar.
A veces hay que dejarse llevar y ya está. Soltarlo todo, las palabras son como el aire que debes soltar. Pero muchas veces te dejas llevar, intentas entrar dentro de ti y descubres que no, que no puedes. Entras y sientes un enorme vacío, a veces ni sientes. Dejarse llevar no es sencillo, a veces las cosas son tan feas que es mejor guardárselas. No sé, últimamente todo está muy oscuro. En mi interior digo. Me estoy guardando muchas cosas y no creo que sea bueno. Me estoy asustando, porque me he acostumbrado a colocarme la sonrisa ante el espejo, a hacer como que todo va bien. Y tengo miedo. A veces me cuesta incluso respirar, me tiemplan las piernas y comienzo a andar torcida, tengo miedo de tropezar y volver a caer, hondo, muy hondo.
Pero realmente, ya he caído, no dejo de caer. Y ya me he pegado contra el suelo, no puedo permitir volver a romperme, entonces pienso en no pensar, en dejarme un poco, en olvidarme, en borrar las lágrimas. Pero lo único que hago es matarme más, guardar el dolor. Y algún día ese dolor estallará y me romperé, y tu seguirás sin estar. Las lágrimas se acumulan, no se borran. Hacerse la dura no va conmigo, quien me conoce bien sabe que nací en una caja en la que ponía bien grande FRÁGIL. Lo que pasa es que las sonrisas falsas me salen muy reales, y claro pues a veces parece que me tomo todo bien y que si me río es porque no duele. Y no culpo a nadie más que a mí. Estoy volviendo a protegerme de mí, como hace tres años, y no quiero que piensen que soy dura, no quiero que me teman. A veces me cuesta tanto ser yo, la gente se ha acostumbrado a ciertas cosas, y cuando entran en mí, a veces se asustan.
Pero realmente, ya he caído, no dejo de caer. Y ya me he pegado contra el suelo, no puedo permitir volver a romperme, entonces pienso en no pensar, en dejarme un poco, en olvidarme, en borrar las lágrimas. Pero lo único que hago es matarme más, guardar el dolor. Y algún día ese dolor estallará y me romperé, y tu seguirás sin estar. Las lágrimas se acumulan, no se borran. Hacerse la dura no va conmigo, quien me conoce bien sabe que nací en una caja en la que ponía bien grande FRÁGIL. Lo que pasa es que las sonrisas falsas me salen muy reales, y claro pues a veces parece que me tomo todo bien y que si me río es porque no duele. Y no culpo a nadie más que a mí. Estoy volviendo a protegerme de mí, como hace tres años, y no quiero que piensen que soy dura, no quiero que me teman. A veces me cuesta tanto ser yo, la gente se ha acostumbrado a ciertas cosas, y cuando entran en mí, a veces se asustan.
Porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.
Porque creo que lo realmente importante en la vida, es tener a alguien que te haga sentir vivo. Que te haga sentir alguien. Pero lo cierto es que las luces se apagan, mis ojos se cierran y mi corazón va cada vez más lento. No es por nada del otro mundo, es que el no poder tenerte me está matando. Y el no ir y decirte que te necesito, también. Es cierto que puedo ir y decirte que te quiero cuando me de la gana, pero no voy a ir. Y no, no es por orgullo, yo de eso, cuando se trata de gente a la que quiero, no tengo. Es simplemente porque no sé si a ti te importa o no, y necesito saber que por lo menos, aunque sea un poco, tú también me piensas. Aunque lo único que hago esperando a que vengas, es matarme más, sabiendo que no vas a venir. Una vez leí que no responder también era una respuesta, pues que no vengas también lo es. Y no sabes lo duro que es esperar a que un día necesites hablar conmigo, tanto como yo lo necesito. Esperar a que después de pasar por mi lado, gires la cabeza para verme. Esperar a que las cosas vayan mejor. Esperar a que esto acabe. Esperar, esperar, esperar... Esperar algo que nunca llega.
martes, 30 de septiembre de 2014
Me he automedicado con tus sonrisas.
Puedo aceptar que lo más bonito que me hubiera podido pasar
en la vida, no pueda ser. Puedo aceptar que no me quieras. Puedo aceptar que no
te apetezca hablar conmigo. Puedo aceptar que seas feliz sin mí. Puedo aceptar
todo lo que quieras que acepte, pero ten en cuenta que aceptar las cosas no
quiere decir que no duelan. Porque entiendo que las cosas son como son y punto,
pero luego por dentro de mi algo muere, algo que quizás jamás vuelva a vivir. Entonces,
comprendes que probablemente no podrás volver a sentir algo así. Porque creo
que cuando esa persona llega, se siente. Y desgraciadamente he sentido que has llegado
y algo dentro de mí se ha muerto. Pero no te preocupes, porque no ha dolido, me
he automedicado con tus sonrisas, y créeme que no hay mejor medicina. Has
llegado y lo he notado, porque allá por donde voy, solo busco tu mirada, pero
soy un poco desafortunada.
Sé que por más que te
espere, nunca vas a venir, pero es que me da igual. Me da igual que nunca me
vayas a querer, me da igual el dolor que me puedas causar, me da igual todo.
Porque si estallase una bomba atómica y a mí me pillara contigo, me daría
igual. Me da igual que me matarás varias veces. Me da igual, porque te
antepongo ante cualquier cosa y es por eso que no puedo renunciar a ti tan fácilmente.
Porque no sé decir ‘’no’’ cuando el corazón está gritando un ‘’sí’’. La
taquicardia que me provocas no se borra como si nada. Porque lo sé, he
intentado dejar de quererte tantas veces, que ya ni siquiera siguiendo los
pasos para olvidar, ni retrocediendo en el camino dejo de quererte. Y no sé si
es bueno o si es malo. Ya no sé nada más aparte de aquel te quiero que te dije, el mismo que sigo
sintiendo, pero un poco más fuerte.
viernes, 26 de septiembre de 2014
Como me gustaría compartir la respiración contigo y traerte de vuelta.
Hace tiempo que no te escribo, pero te pienso todos los
días. Aunque lo cierto es que no sé llevarlo y creo que nunca voy a poder.
Cuando te pienso demasiado duele muchísimo, como el primer día. Porque de
repente todo se derrumbó, una bomba estalló en mi interior. Todo se fue. El
sueño de volver a tenerte se esfumó, y si se esfuma un sueño…
Como me gustaría compartir la respiración contigo y traerte
de vuelta. Un vacío lleno de recuerdos me ayuda, pero que injusta es la vida y
como te necesito. No voy a decir que lloro cada noche, porque no es cierto.
Solo lloro cuando pienso mucho y siento que todo es una mierda, cuando recuerdo
los momentos vividos contigo, también. Y hoy he soñado contigo y he sentido que
te echo mucho más de menos que lo que creía.
Hay tantas cosas que me gustaría decirte, que nunca te dije.
Y es que hay personas que te sacan una sonrisa solo con respirar y tú eras una
de ellas, pero lo mejor de todo, es que sacabas sonrisas a todo el mundo y eso
sí que no lo hace cualquiera. Eras tan sencillo que te hacías querer muchísimo.
Cuando salgo a mirar las estrellas, siempre hay una que brilla más que todas
las demás y pienso que eres tú. Porque brilla tanto como lo hacia tu sonrisa,
entonces le sonrío y cierro los ojos fuerte para verte, a veces se me escapa un
te quiero, otras lo digo para mis adentros. Porque aunque el telón de tu obra esté
cerrado, a veces me asomo para recordar tu olor y tu voz.
Siempre vas a estar en mí, pequeño teatrer.
lunes, 22 de septiembre de 2014
No podía ver más allá de tus pupilas, porque jamás me dejabas pasar.
No puedo acostumbrarme a esto. Otra vez. Duele. Un día soy
tanto y otros tan poco. No puedo acostumbrarme y deberías entenderlo. Porque yo
ya no sé si tu prefieres seguir sin mi o no. No sé si esto ha llegado a tal
punto, que te da igual. No sé si has decidido pensar que esto se ha vuelto una tontería
o si has dejado de pensar que es una tontería y que quizás tienes que irte. Ya
no sé nada. Aunque antes tampoco es que supiera mucho, no podía ver más allá de
tus pupilas, porque jamás me dejabas pasar. No entendí nunca porque, si ya sabía
que lo que había dentro no iba a gustarme, pero me daba igual. No sé si a ti te
duele esto, solo espero que no, porque
si es que sí, no podría perdonármelo nunca. Necesito que lo entiendas, que me
entiendas. Que me matas cada vez que me traspasas. Que si no soy para ti, no
soy para mí.
Porque a ti no se te para el mundo cada vez que te miro a los ojos.
El pasillo olía a café y como casi siempre, me acordé de ti.
Y me volví a plantear ciertas cosas. Sobre ti, digo. Sí, me pregunté que como
era posible callarse cuando había tanto que decir. Así que decidí intentarlo.
Intentar hacer como tú, como que no pasa nada cuando en realidad pasa todo. Pero
no sé hacerlo sin romperme. Y sé porque. Porque a ti no se te para el mundo cada vez que te
miro a los ojos. siempre dices que si
tengo algo que decir que te lo diga, entonces luego me he preguntado si es que
tú no tienes nada que decirme. Y a lo largo de la tarde, pensando en esto
último, he caído en la cuenta de que probablemente no. Por la misma razón que
antes. Al fin y al cabo todo es por lo mismo, el verbo querer y poder no es
posible cuando se trata de dos personas, que no están de acuerdo. Una tan ‘’te
quiero’’ y otra tan ‘’deja de quererme’’.
sábado, 20 de septiembre de 2014
Vuelve una última vez.
- Tienes que entenderme.
- ¿Y te crees que no lo hago? ¿Te crees que no sé cómo están
las cosas?
- Si lo entendieses, habrías respetado lo que te dije.
- Que lo entienda no
quiere decir que deje de sentir.
- Ya lo sé, pero…
- ¿Sabes que es lo que pasa? Que el que tendría que entender
eres tú. Tendrías que entender como me siento cada vez que me dejas con la
palabra en la boca, como me siento cada vez que hablas de lo feliz que te hace
ella.- le corté.
- Pero, ya sabes lo que hay. – me contestó apartando la
mirada.
- ¿Qué ya sé lo que hay? Eres un cobarde –dije empujándolo.– un
cobarde...
- Por favor, no me hagas esto.– dijo agarrándome los brazos, para separarme.
Roto. Todo roto otra vez. ¿Cuánto tiempo seguiremos así? Es como si cada vez que las cosas van mejor, buscamos cualquier pequeña excusa para empeorarlo todo. Porque ya no sabemos lo que es mejor, si hacer lo que sentimos en cada momento o si contenernos y no decir palabra alguna cada vez que estamos juntos.
Vuelve una última vez. Vamos a hacer las cosas bien.
sábado, 13 de septiembre de 2014
El peor y más bonito error.
Que lo
siento. Siento haberte dicho lo que sentía, haberte dicho lo más bonito que podía
sentir. Lo siento, siento haberme enamorado de ti, siento quererte al
despertar, al acostarme, al soñar. Siento quererte conmigo, siempre. Siento
necesitarte. Siento tanto todo esto, que no te lo podrías ni creer. Porque a mí
también me duele saber que enamorarme de ti ha sido el peor error de mi vida,
el peor y más bonito error. Me duele ver que tú y yo jamás seremos un nosotros,
que tu no quieres otros labios que no sean los de ella y que yo solo quiero los
tuyos. Duele ver tu mirada cuando hablas de ella, que es la misma que la que
tengo al hablar de ti. Duele, aunque suene egoísta, verte feliz sin mí.
La carretera hacia tu sueño.
Miénteme y dime que tienes tantas ganas de mí, como yo de
ti. Miénteme y bésame. Miénteme y dime que me quieres, aunque sea solo un poco.
Miénteme, miénteme, miénteme. Haz como si todo fuera bien, como si mi boca
fuera la que mejor sabe de todo el universo, como si mis caderas fueran las curvas
de la carretera hacia tu sueño. Haz de esto tu canción favorita, haz de mi algo
tuyo. Hazme sentir que juntos podemos.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
Entonces, el tiempo se congela.
Y ahí estabas, con esa sonrisa que no te la quita nadie. Mirando a
todos lados, hasta que has chocado con mi mirada. Algo ha cambiado, no hemos
apartado la vista, tus ojos en los míos, los míos en los tuyos. ¿Pero que nos está pasando? ¿Desde cuándo hacemos esto? ''Mírame
lo que quieras, pero no me sonrías'', he pensado. Pero lo has hecho, sin
quererlo, se te ha levantado la comisura derecha y luego la izquierda. Y
seguías mirándome. He tenido que hacerlo, he tenido que apartarte la mirada,
debes entenderlo, no puedo estar tanto tiempo sin aliento. Aunque tu también la
has apartado, al mismo tiempo que yo. Como si nos hubiésemos dado cuenta de que
no estaba bien, pero tampoco mal. No sé, creo que no es malo privarse de los
pequeños privilegios de la vida, como andar descalzos, sentir el viento en la cara
mientras vas en el coche, mojarse el pelo por la lluvia, los atardeceres, cantar
tu canción favorita cuando suena en la radio, un beso de buenos días, un abrazo
o mirarte y que se congele el tiempo.
No sé, y si...
Lo imposible solo tarda un poco más.
Es más sencillo de lo que parece, eso de los imposibles,
digo. Que a veces todo es menos complicado si dejas de pensar tanto. Si te
dejas llevar, que al fin y al cabo es de lo que se trata esto. Si cierras los
ojos y te dejas guiar por alguien, por algo
o por tú corazón, todo puede ser más
hermoso. Cuando nos enamoramos, somos como niños, aunque es cierto que muchas
veces vemos las cosas de una manera más madura. Y digo yo, que los imposibles
son más sencillos si no piensas que son imposibles. Aunque es complicado, no
voy a mentir. Un imposible es como un muro de hormigón entre dos personas. Y
cuesta tirarlo. Pero no tanto, si me ayudas.
Lo que intento decir con esto es que quizás lo imposible
solo tarda un poco más, por eso al escuchar la palabra imposible nos tiramos
para atrás, porque a nadie le gusta esperar.
Pero yo te espero, durante toda mi vida, si es necesario.
sábado, 6 de septiembre de 2014
No voy a poder vivir sin ti.
Estaba mirando el mar, estaba tranquilo, tenía sus tres tonalidades, hacia algo de viento. Yo me perdí en el horizonte, en esa pequeña linea que divide el mar del cielo. Viniste por
detrás y te sentaste a mí lado:
- Está bonito el mar, ¿eh?
- Sí, bastante bonito.
- ¿En qué piensas?
- Va a ser difícil cuando esto acabe.
- No pienses en eso ahora.
- Ya, pero no puedo evitarlo. ¿No te da pena?
- Sí, pero ya estoy acostumbrado.
- No creo que puedas acostumbrarte a no
verme cada día, a no estar presente en mis viajes astrales, no creo que puedas
estar sin mí.
- Es cierto.
- ¿El qué?
- Lo que has dicho.
- ¿Qué he dicho?
- Que no voy a poder vivir sin ti.
Pero lo cierto es que el mar no estaba tan
bonito, pero lo parecía porque estabas conmigo. Y tú haces todo más bonito.
Tenerte cerca es como tener una dosis de felicidad, como volver a vivir. Éramos
niños, olvidándonos de todo, disfrutando cada momento. Sin privarnos del
pequeño privilegio de mirarnos sin miedo, de mirarnos sin apartar la vista. Sin
privarme de quererte, sin privarte de dejar quererte.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Puedes cerrar tus ojos a las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir.
Ayer a las doce y cuarto de la noche, cogí un boli y taché el
último día de verano. Arranqué la hoja del mes de agosto del calendario y
decidí escribir atrás, no escribí nada del otro mundo, simplemente escribí una
verdad que ojalá hubiera sido mentira. La verdad de que he contado los días
que quedaban para vernos desde los últimos dos besos. La verdad de que te he
pensado todos los días. La verdad de que no te he olvidado. Porque puedo
dejarte de amar, pero no te puedo olvidar. Puedo decir tu nombre con desgana,
tocar tu mano sin dejar de respirar y hablar de ti como si fueras un completo
desconocido. Puedo decirle al mundo entero que ya no te quiero, que fuiste un capítulo
de mi vida, que no quiero verte, decirle que hay millones de chicos que te dan
cien mil vueltas. Puedo engañarte. Pero yo no me puedo engañar. No puedo mirarte
así sin más, como tú me miras. No puedo escuchar tu nombre sin temblar. Puedo
decir que no te quiero, pero cada vez que pasas por mi lado siento como el corazón
se encoge, crecen mariposas en mi estómago, se pone ese nudo en la garganta, se
me ilumina la mirada y dejo de respirar, por si ese instante se va en un
suspiro. Puedo controlar mis palabras, pero no lo que siento.
lunes, 18 de agosto de 2014
Demasiado cobardes como para respirar después de que alguien te diga que te quiere.
Recuerdo haber tocado el cielo y haber ardido en el
infierno. Recuerdo que te tenía enfrente, mirándome a los ojos y que te dije
‘’te quiero’’. Recuerdo que a ti también se te paró el corazón. Porque a todo
el mundo le pasa, somos demasiado cobardes como para respirar después de que
alguien te diga que te quiere. Somos demasiado cobardes para todo lo
importante. Cobardes para amar, cobardes para perdonar, cobardes para ser
sinceros, cobardes para besar, cobardes para hablar, cobardes para sentir,
cobardes para dejar ir, cobardes para olvidar. Y es normal, las cosas
importantes acobardan a todo el mundo. Porque nacemos sabiendo vivir y
enseguida aprendemos las cosas importantes, como querer, hablar, sentir o
caminar. Pero dime si hay alguien que nazca sabiendo como dejar ir, como
olvidar a alguien. A alguien que te enseña lo bueno de la vida. Dime como se
deja ir a la persona que más quieres, como se olvida a quien es la razón de
tus sonrisas.
lunes, 11 de agosto de 2014
No se acaba el amor sólo con decir adiós, hay que tener presente que el estar ausente no anula el recuerdo, ni compra el olvido, ni nos borra del mapa.
Lo cierto es que desde que nos dijimos el primer hola, sabíamos
que teníamos fecha de caducidad. Y esta fecha se está acercando. Y lo odio.
Porque sé que tendré que decirte adiós y que tú me dirás que seguro que
volveremos a vernos. Pero y a mi qué. A mí lo que me importa es que no vas a
volver a ser mi rutina en mi vida. Que como mucho te veré una tarde al mes,
cinco minutos para contarnos como nos va.
Pero por aquel entonces yo ya tendría que haberte
olvidado. Tendría que verte solo como lo
que realmente eres. Tendría que dejar de soñarte. Tendría que dejar de sentir. Aunque lo cierto es que, ya tendría que no sentir nada ahora mismo.
Ojala pudieras prometerme que todo seguirá igual. Pero ambos
sabemos que no.
martes, 5 de agosto de 2014
Ojos tan normales como cualquier otros, pero son los ojos donde yo me encuentro.
Sus ojos eran de color tierra, siempre medio cerrados. Ojos oscuros con la lluvia, claros con el sol. Ojos insignificantes para el mundo, ojos con vida para mi. Podrías mirarlos durante toda la eternidad y te seguirían pareciendo unos ojo normales. En cambio yo los mire tan solo un momento y me transmitieron más que cualquier ojo del color del cielo o del mar. Me miró y pude ver esa mirada. Sí, esa mirada que te hace ver que todo vale la pena. Esa mirada de la que no te puedes olvidar, porque siempre esta en el reflejo de tus pupilas. Esa mirada vacía para algunos, llena para otros. Mirada que alivia, mirada que sana, mirada que te da vida.
Además quiero que sepas una cosa, cuando miro la luna, cuando miro las estrellas, cuando miro las nubes, el mar, la arena, cuando miro cualquier cosa insignificante, todo me lleva a ti.
Además quiero que sepas una cosa, cuando miro la luna, cuando miro las estrellas, cuando miro las nubes, el mar, la arena, cuando miro cualquier cosa insignificante, todo me lleva a ti.
Si digo que te quiero mucho, se me hace poco.
Ni he contado los días que llevo sin ti, ni los te quiero que me quedan por decir. Tampoco he contado las veces que te pienso, ni las que te sueño. Pero eso no ha cambiado nada. Tuve el poder de olvidarme de ti y no pude, así que decidí darle al tiempo el poder de olvidarte. Pero el tiempo no es magia, ni si quiera oro. El tiempo es vida, y la vida pasa. Pasan los días y solo se que te sigo pensando. Incluso más fuerte que antes. Y sé que no puede ser tan malo cuando me hace(s) sentir viva. Porque ahora sé que ni el tiempo, ni la vida, ni otros, ni tú, ni yo tenemos el poder de borrarte de mi memoria.
miércoles, 18 de junio de 2014
Creo que es amor no poder mirar directamente a sus ojos.
Sé que estas fuera de mi alcance, que en la vida. Pero
también sé que te quiero. Que te quiero como nunca había querido a nadie. Sé
que has estado ahí en muchos momentos difíciles, que me has calmado. Sé que te
necesito más que nada en este mundo, que podría vivir sin oxígeno, pero no sin
ti.
Pero tengo miedo, miedo de que llegue otro y no me haga
sentir ni la mitad de lo que siento por ti. Porque cariño, no poder tenerte me
mata, pero se llevarlo. Porque sé que vas a estar ahí, siempre. Porque quiero
creerte cuando me dices que por nada del mundo quieres hacerme daño, cuando me
dices que no te has separado, que nunca lo harás.
¿Sabes por qué confío? Porque cuando hablamos me coges de la
mano para tranquilizarme y eso nadie lo había hecho antes. Porque me dices que
te abrace y vuelvo a encontrarme, cuando más perdida estaba. Porque te quiero y
prefiero que me duelas a un centímetro que esperar a que la distancia cure las
heridas.
sábado, 7 de junio de 2014
Your words in my head, knives in my heart.
No puedo dejar de preguntarme qué es lo que he hecho; porque
han pasado meses, pasan semanas, pasan días y todo sigue igual. Porque me
quitaste las fuerzas de hablar, porque tengo miedo, porque se que ya no es lo mismo
(ni tú tampoco). Porque por una pequeña razón que tenga para decirte que te has
distanciado, tú tendrás mil y una para decirme que la que se ha distanciado he
sido yo. Tengo miedo, miedo de que no me creas, miedo de no poder decirte lo
que siento. Tengo miedo de lo que podrá pasar.
La gente se
preguntara por qué sigo con esto, que por qué no he puesto un punto y final;
pero es que jamás podrán entender que no puedo, porque tampoco pueden entender cuántas
veces me siento sola porque él ya no está, no pueden entender que sin él estoy
perdida.
Sabía lo que podía pasar, que podía perderte, pero nunca
pensé que dolería tanto. He intentado
entenderte muchas veces, pero no me cabe en la cabeza que hayas pasado de
decirme que no querías hacerme daño a no dirigirme la palabra, ni siquiera para
decirme un simple hola. La cagué, la cagué mucho. Hice cosas que no debía,
cosas de las que me arrepiento cada día y te lo dije. Te pedí perdón y tú
dijiste que no importaba. Creo que había suficiente confianza como para
mirarnos a los ojos y decirnos que las cosas no podían seguir así, pero tú lo
que hiciste fue mirarme a los ojos y decirme que no habías cambiado. Yo como
siempre callé, ya no podía seguir ahí, la presión me podía, como cada día, tenía
que salir de allí y lo hice. Supe que no eras tú, que habías cambiado. Y me
odié y me sentí culpable. Y sigo sintiéndome culpable de esta maldita situación.
''I can hold my breathI can bite my tongue
I can stay awake for days if that's what you want.''
jueves, 29 de mayo de 2014
'Duele demasiado esperar y más si sabes que no va a volver nadie para buscarte.'
Dieron dos golpes a la puerta, abrí y estabas tú. Tenías la
cabeza gacha, los ojos cristalinos y podía oír tu corazón a doscientos kilómetros
de mí. Apoyaste una mano en el marco y te pregunte que hacías, tú respondiste
que habías venido a verme. Te deje pasar, dejaste la chaqueta en el pomo de la
puerta del comedor y te invite a ir a mi cuarto. Nos sentamos en la cama y hubo
unos segundos de silencio, hasta que dijiste que esto te dolía tanto como a mí.
Decidí no decir nada, era demasiado irreal. Pero continuaste diciéndome que las
cosas habían cambiado y que necesitabas que volvieran a ser como antes, que por
muy imposible y complicado que fuera me querías. Se me escapó una sonrisa y
como de costumbre me mordí el labio inferior. Cogiste mi mano y te acercaste. Dijiste
que me necesitabas. Agache la cabeza y me acariciaste el cuello, te miré y
cerraste los ojos, te fuiste acercando poco a poco…
Y de repente sonó el despertador. Otro maldito sueño, otra
maldita ilusión. Otra vez te esfumaste, cuando más cerca estabas más lejos te
ibas. No tenía ganas de levantarme, di media vuelta y me cubrí con la colcha.
Pensé en ti, como de costumbre. Tenía ganas de llorar, pero no podía evitar sonreír
por esa pequeña ilusión. Suspiré, abrí los ojos y olvide ese sueño. Me esperaba
otro día con nada nuevo, tú como de costumbre estarías muy lejos de mi.
miércoles, 28 de mayo de 2014
Estamos muy lejos de lo que éramos o al menos creíamos ser.
Las nubes invadían el cielo, el sol no aparecía y me acordé
de ti. Salí a la calle y el aire fresco me puso los pelos de punta como cuando
mis labios rozaban tus mejillas. De repente empezaron a caer gotas de agua, caían
en mi cara, en mi pelo, resbalaban por mis brazos y no me importaba, la lluvia
me recordaba a ti. No sé muy bien por qué. La lluvia oscurecía todo el cielo,
hacia noche el día, era algo único que pasaba de vez en cuando. Como tú, como
lo que me pasa cuando estoy contigo. Eran las cinco y cuarenta y siete de la
tarde y había empezado a llover, y yo también quería llover. Necesitaba
descargar la lluvia que se acumula en mis ojos, pero no lo he hecho. He vuelto
a prometerme que mañana sería el día en el que me armaría de fuerza e iría a
decirte que odio esta maldita situación de sentirme transparente cuando paso
por tu lado. Que ilusa, para que engañarnos, la fuerza es el pie del que cojeo últimamente.
Y así desde hace un tiempo, pero si no tengo la fuerza es porque tengo un miedo
terrible a perderte, aunque creo que eso ya lo hice hace tiempo, no quiero volver
a cagarla. Porque al final es lo mismo de siempre; hablaremos las cosas, los tres primeros días haremos
como si todo fuera estupendamente, pero de repente, seré una desconocida.
Estamos muy lejos de lo que éramos o al menos creíamos ser. Ya lo dije, que
aquel adiós iba a ser doloroso, y además largo. De los que te dejan una pequeña
cicatriz aunque la herida se cure. Un adiós que olvida todo. Y empezar de cero
tampoco se me da muy bien. En realidad no sé si hay algo a parte de quererte
que se me dé bien; y si lo hay, lo he olvidado.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Porque si te pierdo, yo no me encuentro.
No me sale, hacer como que no pasa nada cuando sí que pasa.
Cuando no puedo mirarte de otra forma que intentando decir que vuelvas, que te
quiero. Hace algún tiempo que me gustaría darte las gracias por las veces que
has estado, pero hace algún tiempo que cuando giro la cabeza para agarrarme a
algo y no caer, no está tu mano. Puedes pensar que fue por eso por lo que me
enamoré, porque intentaste ayudarme, porque estabas para abrazarme y decirme
que todo iría bien. Pero eso no es cierto. Yo te mire a los ojos, te mire sin
miedo y descubrí que tenías un mundo en ellos. Supe que no solo encajarían bien
nuestras manos, sino que tu sonrisa encajaba como ninguna con mi corazón y
llenaba ese vacío. Después descubrí ese
hueco perfecto que hay en tu pecho, en el que me apoye una vez que estaba
perdida y me ayudaste a encontrarme. Aprendí a sobrevivir cada vez que me sonreías
y se me cortaba la respiración.
Aprendí a vivir así, como vivo ahora, queriéndote.
lunes, 19 de mayo de 2014
''Las palabras se las lleva el viento''.
Había vuelto a caer. Confiaba en él, me dio razones
suficientes para hacerlo. Pero ¿Qué pasa cuando no cumple sus palabras? ¿Qué pasa
cuando te deja caer? ¿Qué pasa cuando gira la cabeza y mira solo para él? ¿Qué pasa
cuando decide desconocerte? ¿Dónde encuentras razones para confiar? ¿En qué nos
hemos convertido? ¿Acaso somos dos simples desconocidos que se conocen más de
lo que creen? ¿Qué somos?
Te he puesto por encima de todo y de todos. Eres el primero,
pero eso es algo que ya lo tienes más que claro.
¿Sabes qué pasa? Que no sabes lo triste que es esto. Tener
un nudo entre el pecho y la garganta que no te deja decir ni una sola palabra a la persona que una vez miraste a los ojos y le dijiste ''Te quiero''.
sábado, 17 de mayo de 2014
Lo único que quería, lo único que te pedía era que no te fueras.
Camino a tu lado y apartas la cabeza. Te miro a los ojos y me
traspasas con tu mirada. He estado sentada día tras día esperando a que las
cosas volvieran a ser como eran. Pero todo sigue igual. Un día dijiste basta y
se acabó. Soy un fantasma que te persigue cada día intentado decirte que te
quiere. Ojalá pudiera mirarte a los ojos y decirte que te has equivocado, que
lo único que has hecho es hacerme más daño. Dijiste que no querías verme mal y
cambié, me olvidé de todos los problemas y decidí hacer lo que me pediste, por
ti, por mí. No quería que te sintieras culpable. Lo único que quería, lo único que
te pedía era que no te fueras. Pero hiciste oídos sordos.
Nadie en este planeta tiene idea de cómo es ser transparente para la persona que quieres. Cuando no hay nada. Cuando notas que se ha acabado. Que ha llegado el momento. Que no quiere saber nada de ti. No tener ganas de nada, sentirte sola, impotente, débil, insuficiente, insegura. Sentirte nadie para quien es todo para ti. Pero la gente es así. Te dice que no quiere hacerte daño, que quiere lo mejor para ti; pero a la primera de cambio se pira. Sin avisar.
Entonces me entran ganas de huir, irme lejos. A otra ciudad,
a otro país. Lejos no importa donde, lejos. Pero tendría que renunciar a todo y
a todos, olvidarte y olvidarme. Empezar de cero. Otra vida, otro mundo, otra
gente.
sábado, 19 de abril de 2014
Al fin y al cabo solo somos dos desconocidos que se creen conocidos porque un día intercambiaron abrazos, risas, besos, caricias.
A
mí es que me hacen gracia cuando dicen que no hay nada perfecto. No sé es que
yo miro tu sonrisa y me pierdo en ella. Es la pura perfección, me sé de memoria
donde empieza y donde acaba, pero si te besara, no encontraría la salida. Yo
también decía eso de que nada es perfecto y que todo es posible. Pero es que tú
me haces cambiar de opinión. Cuando estoy contigo descubro que la perfección
existe y sé que los imposibles también.
Yo no quería esto, porque soy la típica que
cuando se enamora no sabe dar marcha atrás, la que se pierde en cada sonrisa y
luego se dedica a pensar cómo serían sus besos, cómo sería despertar apoyada en
su pecho, cómo sería esa bonita historia de amor. Soy quien se vuelve loca
sabiendo que nunca te tendrá y se dedica a escribir mientras sueña en un futuro
mejor, ya no sabe si contigo o sola. Porque hay veces en las que creo que sin
ti no hay nada y que si esto no puede ser contigo, tampoco puede ser con nadie
más. Qué se yo, si es que nunca me había enamorado de tal forma, no sabía lo
que era perder las sonrisas para dárselas a alguien, tampoco sabía que podía llegar
alguien que cambiara todas tus expectativas.
Ahora
ya estoy caladita por ti. Sí, como el frío cala hasta los huesos, pues así eres
tú, que me calas y me haces tiritar. Aunque a veces te pongas insoportable, con
esa actitud chulesca y empieces a comportarte como un borde, aunque a veces
duelas, te quiero.
''Porque a mí no se me ocurre cerrar la puerta. No tengo cojones ni suficiente autoestima para aceptar que, en la vida, lo más bonito que podrías sentir por alguien no siempre es correspondido. Me da demasiado miedo todo eso. Me da demasiado miedo reconocer que tengo las manos llenas de un montón de cosas que para ti están vacías. Y que nadie en el puto mundo podrá cambiar las cosas. Nadie. En todo el puto mundo. Y entonces tiemblo.''
Yo te grabo en mi cabeza cuando no paras de reír.
Tu olor se ha quedado en mi interior. Cierro los ojos,
respiro y te siento. Cierro los ojos fuerte, como cuando estoy entre tus
brazos, como cuando nada más existe, como cuando me das dos besos, como cuando
sueño contigo. Cierro los ojos fuertes para que no te vayas, para encerrarte en
mi pensamiento, para tenerte. Cierro los ojos y sonrío, como cuando te miro,
como cuando cantas, como cuando ríes. Abro los ojos y te miro. Te miro y solo sé
que te quiero. Y sigo mirándote y me entran ganas de besarte. Entonces me pillas
y noto como mis mejillas enrojecen y lo odio, porque me delatan. Y te ríes y el
tiempo se para. Me muerdo el labio, agacho la cabeza.
Estoy perdida, otra vez. Perdida en tu mirada, en tu
sonrisa. Perdida en aquel abrazo, en el que volví a cerrar los ojos, volví a
apoyarme en tu pecho y a olvidar todo.
jueves, 20 de marzo de 2014
¿Hasta cuándo resistiremos la presión, sobre la garganta, de una verdad que poco a poco va desgastando nuestra sonrisa?
¿Nunca habéis callado tanto que os ha arañado? Sí, un
arañazo de los que te dejan cicatriz. ¿Nunca os habéis sentido hundidos por
tener que esconder lo que te encantaría gritar a gritos? ¿Nunca os ha entrado
ganas de salir corriendo y esconderte por lo que van diciendo? ¿Nunca os habéis
sentido solos? ¿Nunca os ha pasado que no sabéis donde queréis estar?
Yo hace tiempo que sufro de esto, de intentar encontrar que
parte está apagada en mi interior. Hace algún tiempo que no sé cómo pedir
ayuda, porque una ya se cansa de intentar creer que no ha caído, y si no
empiezas por aceptar que estar hecha una mierda, nunca podrás levantarte. Pero
es que ya no hay nadie que vaya y te de un abrazo sin que tú se lo pidas, ya nadie sabe cuántas lágrimas esconden las
sonrisas. Y digo que no hay nadie, porque ya no estás tú ahí. Y eso fue lo que
me hizo caer, pero es que he estado tanto tiempo viviendo en la mentira… Caí,
caí y caí. No se escuchaba nada solo la soledad. Solo veía tu sonrisa. Y yo seguía cayendo, hasta que toque
fondo. Y vaya, lo tocamos a la vez. Tú te hartaste de mí, cuando yo solo podía contigo.
sábado, 15 de marzo de 2014
Lo siento, olvidé el significado de olvidar.
Debes saber que lo intenté. Que hubo
muchos días en los que hacia cualquier cosa por no pensar en ti. Noches en las
que odiaba no poder dejar de pensar en ti. Lo intenté, intenté olvidarte e
incluso intenté olvidarme. Pero no hubo resultado. A la mañana siguiente
siempre me despertaba con algún sueño, que nunca acababa, en el que siempre
aparecías. Siempre encontraba una canción que me recordaba a algún momento
vivido contigo. Siempre encontraba una fecha, un libro, cualquier pequeña
estupidez que me hacía pensar en ti.
Así
que no me digas que no intente olvidarte, porque lo intenté y no hubo
resultado. Lo intenté y no pude. Por eso comprendí que probablemente ya no
pudiera sin ti. Puede que no estuviera preparada para olvidar, puede que ahora
tampoco lo esté. Pero por muy jodido que sea esto, te aseguro que me mantiene
en pie. Que no me importa lo imposible que pueda llegar a ser, que te quiero y
no sé cómo no hacerlo. Puede que en dos años todo cambie, pero ahora mismo te
necesito tanto como al oxígeno. Porque mientras estaba olvidándote, mientras
estaba sin ti, sentía que no tenía nada y que la vida, los días, pasaban y
pasaban lentos y yo no te tenia. Por eso no puedo ni quiero olvidarte, porque
muchas veces eres el único da sentido a mi vida y siento que sin ti, no hay
nada.
He
intentado olvidarte pero siempre recordaba el día en que te conocí, la primera
vez que hable contigo. Recuerdo, cuando te conocí de verdad, cuando tus buenos días
se convirtieron en rutina, cuando lloraba de la risa. De esto hace simplemente
dos año, pero no fue ahí cuando me enamoré. Meses más tarde, cuando apenas
quedaba un mes para que volvieses a ser rutina, empecé a soñarte. Y yo no entendía
nada, pero no tuve que esperar mucho para entenderlo. Aquella tarde, en la que
yo le daba vueltas en mi cabeza a que era lo que sentía, aquella tarde en la
que yo te miraba mientras hablabas enfadado y entonces tú me miraste. Aquella
tarde, me di cuenta de que lo que sentía era más grande de lo que pensaba. Me
miraste y el tiempo se paró, también mi corazón. Los días, a partir de aquel
momento, se volvieron largos, increíbles y maravillosos a tu lado. Los otros en
los que no estabas eran terribles. Y aquello fue creciendo y tú estabas siempre
en las malas y esto crecía sin que tú lo supieras y sin que tú quisieras. Y
entonces pasó. Te lo dije y al principio todo era igual. Pero seis meses
después, cambió. Diez meses después, sigo esperando un abrazó. Diez meses
después no estas, como antes, en las malas. Diez meses después te echo de
menos. Un año después, te quiero.
viernes, 7 de marzo de 2014
Porque quiero rehacer un mundo sobre tu boca e inventarme otras teorías.
Y se que si nos besáramos, serian unos de esos besos que duelen. Sí, esos que sabes que estas haciendo lo que no debes pero que te morías de ganas por hacerlo. Y sabes, esa es la única clase de besos que podríamos tener tu y yo.
Que estoy dispuesta a consumirme, si es en tu boca.
Cuando te pones de ese plan que odio, cuando me haces
enfadar y me haces chillarte. Cuando te ríes porque me indigno, ahí es cuando más
bonito estas. Cuando la sonrisa te sale sola, sin poder evitarla. Y creo que me
he vuelto loca. Desde que te vi, claro. Pero hace tiempo que sé cuando tienes
un día bueno, y cuando vienes enfadado. Sé cuándo te gusta algo, y cuando no. Sé
la reacción que tienes con cada cosa. Sé cuándo sonríes, y cuando haces como si
sonrieras. Y a lo mejor parezco una loca obsesionada por ti, pero te digo de
verdad, incluso me atrevería a prometer, que esta vez no es obsesión, que te
quiero y es amor.
¿Sabes por qué lo sé? Porque hace tiempo que se lo que me
falta para ser completamente feliz, y eres tu. Porque descubrí que lo único que
quiero es despertar y verte. Porque no hay otras sonrisas que puedan curarme,
ni otros abrazos que me hagan olvidar. Y sobre todo, porque sé que tú ya eres
feliz con otra, y lo entiendo porque solo con que tú seas feliz, una parte en mí
se llena.
Me encantaría sentir que tú también sientes. Y perderme en
las curvas de tu sonrisa. Y luego sentir escalofríos por el caminar de tus
dedos en mi espalda dibujando quien sabe qué. Y que me despiertes con un te
quiero, nada de buenos días princesa, un te quiero. De los de verdad. De los
que llevan los cinco minutitos más, para comernos a besos. Me encantaría, también,
que todo esto en algún momento se hiciera realidad.
sábado, 22 de febrero de 2014
Por el dolor, al que no guardo rencor.
-Estás perdida.
-¿Qué?
-Que eres un caso perdido, no tienes remedio ya.
-¿Por qué?
-Ese brillo en tus ojos, esa sonrisa que tiene miedo de
salir, ese tic nervioso en la pierna, las uñas mordidas, las ojeras, siempre acariciándote
los labios. Estas enamorada, hasta las trancas. Deseando que, ojalá, girara por
esa esquina y viniera a decirte que le da igual todo lo demás, que lo único que
quiere es estar contigo, que te abrace y te arregle. Deseando que llegue y haga
que retires los dedos de tus labios, que él ya se ocupa de que estén bien
cubiertos y de que no pasen frio. El brillo de tus ojos, que a veces son lágrimas
y otras veces es ilusión. Los nervios de no saber si eso que deseas puede pasar
o no… Enamorada hasta de la manera de girar su anillo…
-Bueno, al menos, estoy tranquila de no ser el único caso
perdido, ¿no?
-…
miércoles, 19 de febrero de 2014
Come back.
Notaba como iba cayendo, poco a poco. A veces parecía incluso volar. Hasta
que llego la caída. Hasta que me estampé en el suelo y noté como estaba rota. El
suelo lleno de pedacitos de ti, rotos. Me has hecho daño, como nadie antes me
había hecho, me has roto como nadie. Estoy ahogándome de todas esas palabras.
Aquí me tienes sin poder abrir bien los ojos, porque las lágrimas los han
sellado. Aquí me tienes sin ganas de sonreír, sin ganas de nada. Aquí me tienes
inventando nuevos métodos para que mis lágrimas no caigan. Aquí me tienes
empapando la almohada cada noche. Aquí me tienes rota, en mil pedazos. Sin
saber cómo arreglarlo, sin saber el porqué de todo aquello.
''Si me tienes que olvidar, me
olvidas'' me dijiste. Pero, ¿es que tú no te das cuenta de que no puedo? No
puedo, porque eres quien realmente pone las sonrisas en mi rostro cuando las
cosas van mal. Porque sin ti no me queda nada y lo estoy notando ahora mismo.
Pocas veces había estado como ahora, pocas veces había sentido que mi cuerpo
empezaba a sufrir terremotos por culpa de unas fuertes lluvias en mis
ojos.
Yo lo único que quería era que volvieras, que fueras ese que eras. Ese que
cuando todo iba mal venia y me decía que no me preocupara que todo iría bien,
ese que al darle las gracias me decía que no las diera que era lo que me
merecía. Que lo único que quiero es que seas el de siempre. Pero ayer al
mirarte a los ojos, al ver cómo y que me decías, noté que te habías ido. Y me
entró miedo y empecé a temblar, apreté fuerte mi puño y chillé en mi interior
mil veces que no, no y no. Que no estabas ahí, que no era real lo que decías. Pero
sí que era real. Y yo sin ti no puedo, sin ti me muero. No hay forma de seguir
así. Que ya no tengo ganas de dirigirme la palabra.
Es más que quererte, más que querer estar a tu lado. Es más que todas esas tonterías.
Es que tú me das la vida que me falta y eso nadie lo había hecho antes. Porque
yo no quería encontrar a nadie, pero llegaste tú. Y entonces empecé a pensar
que la vida contigo sería mucho más bonita, porque cuando me abrazabas, tus
brazos eran como un escudo que me protegía de la mierda de ahí fuera. Y nadie,
nunca, me había abrazado de esa forma.
Tampoco nadie antes me había roto de esta forma y supongo que es
porque nunca antes había querido tan fuerte. Y es por eso que a
ratos pienso que es bonito romperse por ti.
''Porque yo te tengo mucho cariño. Porque yo no puedo ayudarte. Cómo si me tienes que mandar a la mierda. Se lo he dicho. Me ayudarías mucho si estuvieras bien. Es que tu ya sabes lo que hay y te tienes que hacer a la idea. Porque cuando leo lo que me escribes, siento pena. No por ti. Pena porque se que estas sufriendo.''
lunes, 17 de febrero de 2014
Cry ,cry, cry...
Y decidió separarse. Huir de mi. Dejar todo lo que habia dicho alguna vez, dejar los abrazos que un dia le dio, olvidar las palabras que un dia le dijo, olvidar todo lo que alguna vez habian tenido. Y yo no soy capaz de aceptarlo, ni de creerlo. No soy capaz de entender que es lo que realmente he hecho para que hagas eso que haces. Para fastidiarme como solo tu sabes. Cómo has podido olvidarte de que fuiste tu quien me ayudó tantas veces. Hoy no me salen las palabras, porque no se como explicar algo que me mata. No sé cómo explicar algo tan triste.
''Hey there Delilah, you be good and don't you miss me. Two more years and you'll be done with school and I'll be making history like I do. You know it's all because of you.''
''Hey there Delilah, you be good and don't you miss me. Two more years and you'll be done with school and I'll be making history like I do. You know it's all because of you.''
lunes, 10 de febrero de 2014
¡Arriba las manos! Esto es un abrazo.
Mírame. Vamos, hazlo. Sin miedo, que a mí no se me da tan
bien enamorar con miradas. No apartes la mirada y acércate un poquito. Hasta
notar mi respiración. Y ahora, cierra los ojos. Ciérralos, confía. No voy a
hacer nada. Voy a observarte para saber cómo duermes, voy a escuchar tu respiración
hasta aprendérmela de memoria. Para así, poder pensarte en las noches de
desvelo, sí, en esas noches en las que a veces se llora y otras se ríe. Esas
noches inútiles en las que por más que quiera y por más que lo piense no estas.
Esas noche en las que cierro los ojos fuertes y recuerdo todos los abrazos que
me diste para sentirlos. Esas noches en las que al final acabas durmiéndote teniendo
una idea equivocada de los besos de futuro. Sí, una idea equivocada, porque no
hay ideas de besos imaginarios. Y creo que ese es el gran problema, que pienso
mucho en ti con el corazón y no con la cabeza. Pero perdóname por no saber
pensarte con cabeza, mi única forma de pensarte es con el corazón, ese que a
veces parece que solo late por ti, ese que a veces parece pararse para detener
el tiempo cuando me miras. Perdóname cariño, pero es que estas precioso con los
ojos cerrados aguantándote la risa. Perdóname por estallar a reír y perdóname si
no entiendes nada. Tú solo abrázame, olvidemos el caos de ahí fuera.
domingo, 26 de enero de 2014
Soy quien se desnuca mirando atrás porque el futuro será duro si no estás.
-Dime, ¿cómo pasó?
-No sé. Supongo que poco a poco me fue
ganando. Pero cuando de verdad lo sentí, fue cuando me miró y algo en mi
interior se estremeció.
-¿Y cómo es?
-Era el que cuando peor estaba venia y me daba un abrazo.
Quien me hacia desahogarme y me calmaba con un beso en la mejilla. Incluso
cuando le dije que le quería, seguía ahí. Me dejaba apoyarme en su pecho y
olvidarme de todo. Era quien me entendía o al menos hacia el esfuerzo. Era la
persona que todo el mundo necesita, quien haría cualquier cosa por no verte
llorar.
-¿Por qué me hablas en pasado, se ha ido?
-No. Bueno, no estoy segura.
-Así que lo que pasa es que el está, pero todo lo anterior
se ha quedado en el pasado... ¿Y cómo lo llevas?
-Sí. Lo llevo, aunque por la noche no puedo evitar romperme. Porque
yo nunca quise que esto pasara, pero por mi culpa ha pasado. Está claro que
nadie controla de quien enamorarse. Pero es que a lo mejor, si podría haberlo
parado. Quiero decir, si me hubiera separado a tiempo…
-Nada habría pasado. Cuando llueve muy fuerte, ni siquiera
un paraguas puede evitar que te mojes. Por mucho que intentes
parar el amor, siempre habrá algo que te lo recuerde y vuelvas a él. Lo mejor
que puedes hacer, es dejarlo.
-Pero, tengo miedo de que nunca acabe…
-Acabará, llegará alguien.
- ¿Y cómo lo sabes?
-No lo sé, pero es lo que suele pasar.
- ¿Y si no pasa?
-Todo seguirá igual. Pero el
intentara entenderte y volverá.
-Ojalá, porque le echo de menos.
jueves, 23 de enero de 2014
No hem oblidat, mai ho farem.
Te echo de menos. Cuando oigo tu nombre y me vienen todos los momentos contigo. Cuando entro en una clase en la que estuve contigo y recuerdo tu sonrisa. Cada noche, cuando nos reencontramos en el mundo de los sueños y te cuento como va esto y sonríes. Por la mañana cuando le doy el beso de buenos días a tu foto. Cuando llego al colegio y todo eres tú. Cuando oigo el valenciano y tu voz me viene a la mente. Simplemente te echo de menos siempre. Pero echar de menos no es no poder dejar de llorar, también se puede echar de menos sin lágrimas. Te echo de menos porque has dejado un hueco enorme en este mundo y por eso te sonrío, día a día. Tampoco quiero decir que no llore tu ausencia, pero siempre la acompaño de un sonrisa, como la que tú siempre tenías. Aunque todo esto ya lo sepas, no importa. Te echo de menos, te quiero y te siento.
Més lluny, haurem d'anar més lluny.
Més lluny, més lluny que el demà.
Més lluny, lluitant per aconseguir.
Més lluny, un futur per tu i per mi.
Tenerte enfrente y hacerme un hueco en tu mente.
Todo es bonito hasta que te das cuentas de cómo son las cosas.
Porque no me vas a querer nunca. Hay a quien le hace gracia y todo, es bonito
ver cómo me quedo embobada cada vez que sonríes, como me muerdo el labio cuando
hablas conmigo y la cantidad de estupideces que hago cuando te tengo enfrente.
Pero me está matando poco a poco y no tengo ganas de nada. Porque esta vez sí,
me has calado como nadie. Te prometo que tengo esperanzas y ganas de esperarte.
Pero hay algo, que me mata y es que ahora se lo que es sentir, que cuando no
estas con él hay una parte tuya que tampoco está. Y duele, duele hasta lo más
profundo. Porque ya no sé cómo sentirme, si tu no me sientes. Digo que si no me
quieres, no sé cómo quererme. Y nadie lo va entender, pero tampoco quiero que
lo entiendan. No sé ni que decir, ni cómo explicarme porque esto me está
rompiendo. Esta angustia me paraliza.
Pero a pesar de que diga que me está
matando, es lo que me da fuerza para levantarme. Eres por quien daría todo,
porque te necesito como el agua para vivir. Eres mi oxígeno y cuando no estas
me ahogo. Sabes, es increíble que a veces parezca que solo me correspondes en
la distancia cuando por un instante creo que tú también me echas de menos. Pero
yo te echo de menos incluso cuando estas, hoy he echado de menos robarte un
beso, pero eso lo echo de menos cada día. No te puedo olvidar, porque sin ti no
sé. Sin ti. Qué triste suena y que triste sería. La gente me pregunta si me
daría igual ser la segunda, la otra; y sí, me daría igual. Porque olvidé que
era eso del orgullo en cuanto te vi sonreír y supe que por ti perdería mi culo.
A mí, con tal de estar contigo me sobra y lo sabes. Sin que me dieras ningún
motivo, me arriesgaría. Olvidé el significado olvidar desde el primer diálogo
que mantuve contigo. A veces, pienso en callarte o besarte; que viene siendo lo
mismo. A veces, creo que te hago feliz y todo. No buscaba nada y resultaste ser
todo lo que buscaba.
miércoles, 15 de enero de 2014
No sé hacer nada bien, excepto esperarte.
Soy la típica que cuando acabo los deberes mete las hojas en los libro y
no en el carpesano. Soy la que siempre tiene el armario desordenado y luego no
encuentra nada. Soy la que deja las cosas en cualquier sitio del cual luego no
se acuerda. Soy la que odia ponerse calcetines para dormir porque los pierde.
Soy la que ser ríe o llora cuando no debe. Soy a la que se le cruzan los cables
cuando tiene un día malo. Soy la que tiene la cabeza loca. Y sí, soy un
desastre. Pero se, que soy la única que no dormiría en toda una noche por si
acaso llamaras a mi puerta. La que se quedaría toda la vida esperando ese beso.
Soy la que se tragaría todos los problemas y todas las tristezas por hacerte sonreír
aunque fuese una vez al día. Soy la típica que lleva ojeras todos los días
porque no le ha quedado claro eso de que hay que soñar menos y dormir un poco
más. Soy la que se enamora perdidamente de un imposible. La que ve
posibilidades donde no las hay. Soy la piensa que quizá algún día dejarás
el tabaco por mis labios. Soy yo y aunque me cueste decírtelo y a ti
escucharlo, te quiero.
martes, 14 de enero de 2014
A meterme de tu vida por las venas.
Cómo decirte todo lo que nunca vas a llegar a saber. Cómo decirte lo que no quieres saber. Cómo decirte que eres la primera persona que pienso al levantarme y la última al acostarme. Cómo decirte que sólo pienso en ti. Cómo decirte que ni tu ni nadie entiende, ni entenderá que cada día y cada noche pienso en ti, en tus labios y en su sabor. Cómo decirte que tengo unas ganas terribles de besarte y sonreírte entre beso y beso; de que choquen nuestros dientes. Cómo decirte que mi mano está hecha para encajar con la tuya o viceversa. Cómo decirte que dormiría contigo una, dos, tres e infinitas veces; simplemente por verte nada mas abrir los ojos o nada mas cerrarlos. Cómo decirte que iría sin pensarlo, pero que sólo espero a que me lo pidas. Cómo decirte que espero lo imposible y que no me doy por vencida. Cómo decirte que estoy harta de la gente que no entiende esto y pone caras raras. Cómo decirte que a mi me basta con que tu lo entiendas, que no me importa si no creen en el amor. Cómo decirte que quiero que vengas y mandemos a tomar vientos a todas esas personas que no entienden o no quieren entender. Cómo quieres que no te quiera, si te quiero sin querer. Y sin querer les miento. Cómo, dime cómo me quito estas ganas de callarte con un beso, sin que tenga que besarte y perder todo lo que hay.
Porque algo hay y eso no me lo puedes negar. Porque ni yo te he vuelto a mirar de la misma forma, ni tú a mí. No sé bien por qué. Tú sabrás, supongo; si eso algún día vienes y me cuentas que corre por tus venas. Por las mías sabes de sobra, que corres tú.
Llevo un año esperandote, no me he cansado y supongo que será la duda, que siempre lleva al error. Pero que error más bonito sería el nuestro. Porque aun que saliera mal, no podria llamar error, y creo o por lo menos espero, que tu tampoco.
Bueno,¿me besas o me espero un poco más? Que ya sabes que lo de esperar va mucho conmigo, que la esperanza nunca la pierdo.
Porque algo hay y eso no me lo puedes negar. Porque ni yo te he vuelto a mirar de la misma forma, ni tú a mí. No sé bien por qué. Tú sabrás, supongo; si eso algún día vienes y me cuentas que corre por tus venas. Por las mías sabes de sobra, que corres tú.
Llevo un año esperandote, no me he cansado y supongo que será la duda, que siempre lleva al error. Pero que error más bonito sería el nuestro. Porque aun que saliera mal, no podria llamar error, y creo o por lo menos espero, que tu tampoco.
Bueno,¿me besas o me espero un poco más? Que ya sabes que lo de esperar va mucho conmigo, que la esperanza nunca la pierdo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)