jueves, 30 de mayo de 2013

M.S.

En este lugar haces falta. Te echo de menos, tanto que cierro los ojos fuertes hasta verte. El no tenerte me cuesta. Despertaste en mí una sensación que ya habían despertado en mí, pero no tan grande. Despertaste la esperanza del esfuerzo por conseguir algo. Me lleno de lágrimas y de sonrisas cuando tu recuerdo golpea mi puerta, es algo extraño ¿no? Ahora me doy cuenta de que tu compañía valía muchísimo. A veces me da por decir o escribir frases de esas tuyas, a veces parece que nada ha pasado, pero por más que me quiera engañar el vacío sigue estando ahí. De vez en cuando me siento avergonzada de que alguien haya llegado a ser y sea tan importante para mí, de que sin ti me siento como si no fuese nada. Nadie entenderá cuanto duele. Toda la esperanza que despertaste en mí, se fue durmiendo cuando tú te ibas. A día de hoy podría decir que lo que más echo de menos es tu sonrisa y esa risa que nos contagiábamos tan solo con mirarnos sin ni siquiera saber cómo ni por qué, nadie tiene ni idea de lo que daría por retenerla junto a mí una vez más, porque fuiste demasiado para mí en el ayer como para olvidarte en el hoy. Lo que más me duele de todo es que hay veces que no recuerdo tu voz, simplemente recuerdo tu sonrisa y tus ojos. Pero cuando recuerdo todo, es como soñar despierta, es tenerte de nuevo en el presente. Pero he de decir que es tan perfecto, soñar que estas de nuevo, que muchas veces me levanto creyendo que es realidad. Por eso ahora y siempre, tengo tu recuerdo guardado como si fuera un secreto, pero un secreto de verdad, de esos que solo saben tu almohada y tú. Así que bajo llave en mi corazón, como la brisa del mar en mi tacto, como la primera sonrisa de un bebe en mi boca, como las más perfecta imagen tuya en mis ojos, como el olor a los caramelos para la garganta en mi olfato, como el más perfecto valenciano en mi oído y como la más perfecta obra de teatro, protagonizada por un teatrer como tú en mi pensamiento, te guardo y te guardaré en mi.

Tornar, com si res...

martes, 28 de mayo de 2013

¿Existir? ¿Para qué?

Cuando tienes ganas de soltarlo todo y no puedes. Cuando por no llorar y demostrar que realmente eres sensible, te empiezas a comportar como una tonta contestando mal a todo y haciéndote la dura cuando realmente te estás muriendo por dentro. Eso es una de las peores cosas que te pueden pasar, no saber cómo expresarte y sentir que hagas lo que hagas lo harás mal. Y al final lo único que haces es llorar. Llorar hasta que sientes que tus pestañas pesan, hasta que sientes calor y frió a la vez, hasta que te entran unas ganas de gritar tremendas. Y así cada noche, sola con tu almohada. En una de esas noches en las que no sabes si hace frió o calor, en las que no sabes si la luna está llena o es creciente. Una noche de esas vacías, que parece que todo va en contra tuya. En las que a las diez de la noches te vas a la cama y hasta la una no te duermes. Y lo pero, en las que posiblemente también tengas pesadillas. Una noche simplemente triste. En la que cuando por fin coges tu mejor sueño te suena el despertador, y te toca hacer como cada mañana. Lavarte la cara, despertar, sonreír e ir al colegio como si nada hubiera pasado. Pero llega un día en el que tantas cosas acumuladas te hacen explotar. Pero cuando digo explotar no me refiero a coger a una persona y decirle todo lo malo que pienso de ella. Me refiero a llorar, a no querer ver, no querer sentir, ni oír, no querer nada. Uno de esos días en los que ni ver que la personas se preocupan por ti te importa. Porque es uno de esos días en los que prácticamente no vives. Es un día como yo lo llamo, muerto. Porque  sientes que no tienes vida, sientes que no pasa nada cuando en realidad pasa todo. Y todo esto tiene una explicación fácil y sencilla. Problemas sin arreglo o con arreglo pero difícil. Problemas que no te dejan seguir. Problemas que solo te crean silencio. Silencio en tu corazón, como si cada latido no se notara.
 Como si no existieras…

domingo, 5 de mayo de 2013

Siempre.


De verdad que no puedo. Es decir que ya no estas y sentir una punzada en mi corazón. Un vació enorme, que no se llena. Y es que se que es inútil rogarte que vuelvas, porque no vas a volver. Pero aun así lo hago. 

Quiero soltar todo, toda mis tristeza, mi rabia, todo el dolor. Pero no sé cómo. Así que decido escribirlo, pero ni siquiera me viene inspiración, porque mi tristeza, mi dolor invade mis pensamientos. Pero aun así…

Empecemos, si te soy sincera nunca he dejado de creer en los siempres. Porque siempre tuve la esperanza de volverte a ver. La esperanza no se ha ido, se que te veré en otro lugar, pero te veré. Ahora, por lo que no he dejado de creer en los para siempre, es porque ahora que no estas, tengo mas claro que nunca que te voy a querer para siempre, porque siempre lo he hecho. Ahora que no voy a negar que hay días en los que no quiero ni levantarme, en los que quedarme en mi cama es la mejor opción porque no hay fuerzas, días en los que no se puede evitar llorar, y esos días suelen ser todos. Cada noche mi almohada parece un mar, un mar lleno de recuerdos tuyos, nuestros. Es inútil decirlo, pero te quiero. Es tarde para decirlo, lo se. Pero tengo que decírtelo. Te quiero. Siempre te he querido. Y eso de ‘’nunca esperes el mañana, para decir; te quiero, puede que ya sea tarde’’, es cierto. Pero mas vale tarde que nunca. Y no es que me duela porque fueras importante para mi, es simplemente porque te quería y no he dejado de hacerlo, ni lo dejare de hacer. Me doy cuenta de lo mucho que te necesitaba y de lo mucho que te necesito, lo mucho que necesito oír tu voz tan suave, como de cuenta cuentos.
 Casi un mes sin ti pero es que me da lo mismo, porque no estoy preparada para decirte adiós y no te lo voy a decir. Si hubiera sabido que la ultima vez que te vi iba a ser la ultima vez, no te habría dicho adiós, ni hasta luego. Me habría quedado ahí junto a ti, hubiera parado el tiempo, te hubiera dicho todo lo que nunca te dije, hubiera hecho un momento eterno, solamente para que no te fueras nunca. Contigo no es nunca lo olvidare, es: Siempre lo recordare.
Así que después de escribir esto, seguiré igual, echándote de menos y nunca de más. Tu seguirás en mi vida, como siempre lo has hecho. Yo seguiré con ese dolor en el pecho. Tu seguirás observándonos desde arriba. Yo te seguiré queriendo como tu seguirás queriendo a todos a los que querías.

Si tuviera que elegir un momento para retroceder, elegiría la primera clase contigo. Fue perfecta. Haría que todo lo demás fuera diferente, haría que hoy estuvieras entre nosotros.
Pero tranquilo que aunque no estés entre nosotros siempre estarás entre mi pensamiento y mi corazón. 
SENSEMÉS.
Manel Sanchis.

Esa noche.


 ''Esa noche fue eterna, le pedía al cielo un milagro, rogué por una oportunidad, por un cambio, que fuera yo y no tu, le rogué. Le supliqué a Dios que te dejara vivir, que tenias hijos a  quien ver, le dije que no podías dejarlos solos, que ellos te necesitaban tanto como yo...Toda esa noche fue de ruegos y suplicas... pero nada cambió.''