A veces me pregunto cómo es posible que el mundo siga cuando
te tengo a apenas centímetros de mí. Como es posible que el mundo no se dé
cuenta de que cuando me encuentro con tus pupilas entre infinitas miradas, un
nuevo Big Bang estalla y se crea un pequeño mundo nuevo, un mundo nuestro, en
el que la felicidad también nos acompaña. Como es posible que tú tampoco te des
cuenta de esto. Que para ti tenerme a escasos centímetros es como si ni
siquiera estuviera delante de ti. Y eso me ahoga el corazón, porque hace algún
tiempo que te lo di y tú no sabes que está a tu cargo.
También me pregunto cómo es posible que a estas alturas me
digan que tienes una pequeña mancha en tu ojo izquierdo, cuando yo lo sé desde
el primer momento en que te vi. No entiendo cómo es posible que aún no sepan
cuando tienes un día malo y que te lo hagan pasar peor, no llego a comprender
como al mundo no le entran ganas de hacerse más bonito para hacerte feliz. No
puedo comprender como la gente no se da cuenta de todo lo que eres y todo lo
que abarcas cuando te abrazan. No puedo comprender como el interior de las
personas que están entre tus brazos esté vacío. ¿Sabes por qué? Porque ya no recuerdo
sin ti en mi, ya no me acuerdo de cómo era cuando tú eras cualquiera, porque
creo que tú nunca fuiste cualquiera. Porque tú siempre has abarcado todo en
cuando me rodea, convirtiéndome en una drogadicta a todo lo que lleve tu nombre
y apellidos.