jueves, 26 de febrero de 2015

She's still too young, you do not need her.

Déjame hacerte feliz. Te lo suplico, déjame ser la razón de tu sonrisa. Déjame decirte que la vida me sonríe tanto como lo haces tú. Déjame repetirte todo lo que ya sabes, déjame hacerte todo lo que no quieres y decirte todo lo contrario a lo que quieres escuchar. Déjame mostrarte como quiero ser, como soy. Déjame tenerte. Sé que soy una egoísta, que si de verdad te quiero debería dejarte ir. Al menos eso dicen, pero ellos no tienen ni idea de lo mucho que llevo esperándote y lo que duele esperarte, sabiendo que tenemos fecha de caducidad. Una fecha que se aproxima cada vez más deprisa… Lo bueno de antes, es que no pensaba en esta fecha y podría seguir soñando con que podrías venir a decir que me querías; pero ahora que sé que cuando llegue ese día se acabará todo, ahora siento que te necesito. Que lo que sentía va más allá de lo que alguna vez te he dicho. Que no se trata de besarte o de caminar agarrada a tu mano; se trata de querer pasar el resto de mis días contigo. Pero eso a  ti se te queda corto, bueno corto no; a ti eso ni se te pasa por la cabeza. ¿Tú cómo vas a quererme? Si yo no soy nada para ti, si soy como cualquiera. 

lunes, 23 de febrero de 2015

Cuando solo quieras que te quiera él.

Por mucho que hable de ti que sabrán ellos de lo grande que eres y lo pequeño que aparentas ser. Ni si quiera tú eres consciente. Yo no lo fui hasta hace poco, cuando me di cuenta que sin ti no era nadie, nada. Cuando un día quise armarme de valor y plantarle cara al mundo y éste se rió de mí, diciéndome que tú y yo estábamos destinados a no ser. Entonces caí en la cuenta de que si me quitaban los momentos que hemos vivido, no me quedaba prácticamente ningún momento feliz. Porque mi felicidad está contigo.

Dicen que se deja de querer sin saber por qué, al igual que se comienza a querer. Un día empiezas a sentir que la vida se vuelve más bonita cuando estás con él, se te empieza a encoger el pecho cuando escuchas su voz y todas esas reacciones que tiene tu cuerpo cuando aparece esa persona; pero eso son simples tonterías. Lo bonito de esto, también lo jodido, es que esa persona te da vida. Y la vida lo abarca todo. Si esa persona se va, se lleva tu vida y te quedas solo. Solo, no literalmente, pero si sentimentalmente. La soledad, que no se trata de no tener a nadie a tu lado, sino de sentir que estas solo, te acompaña en un largo viaje al que llaman olvido. Y trae malos vicios: noches de desvelo y lágrimas de alcohol, que solo hacen que las heridas escuezan.

Cuando pasé el tiempo, ojalá puedas acordarte de mí; porque como dijo Augustus Waters: “Tengo miedo al olvido”. Seamos sinceros yo no he calado en ti, de ninguna forma. Pasará el tiempo y dejaremos de vernos, entonces llegará el día de tu cumpleaños y aparecerás en mi mente, mientras tú ni recuerdes que me hiciste feliz con nada. Y eso mata. Saber que yo no puedo pedirte nada, porque no soy ni la mitad de lo que me gustaría ser para ti. Y la gente no lo comprende, tampoco yo, quererte como te quiero es imposible y más ahora, que la palabra amor se queda muy grande para mucha gente. Solo sé que no puedo dejar de hacerlo. También sé que lo siento por todo, que lo único que quiero es hacerte feliz y lo único que hago es empeorar las cosas. Que no puedo quererte, ni decirte que te quiero, ni demostrártelo. Que dejo de ser yo; porque si fuera yo te comería a besos cada mañana, te abrazaría cada minuto, te cogería de la mano para bajar las escaleras y te susurraría lo mucho que te quiero cada vez que entraras por la puerta. 
Pero es que, no hago otra cosa que esperar, esperar a que esto se acabe, esperar a que deje de sentir por ti, esperar a que llegue otra persona, esperar a que las cosas cambien, esperar a “ver más mundo”.

¿Sabéis que os digo? A tomar viento todo esto, vosotros no entendéis lo que es tenerle a centímetros obligándote a que le mires a los ojos, no sabéis lo que es que te abrace y te diga: “Prométeme que vas a estar bien, prométemelo”. No tenéis ni idea de lo que es tenerle en la vida, así que ahorraros todas las palabras del mundo, porque nunca entenderéis como puedo quererle tan fuerte. Porque ni siquiera el lo entiende, porque ni siquiera yo lo puedo ni decir, ni sentir, ni demostrar.

lunes, 16 de febrero de 2015

A la primera persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo misma decidí vivir.

Hace quince días que decidi dejarte ser por completo. Separarme de ti, apartarme de tu vida. Porque olvidarte y ser feliz ya no es una opción, si no una obligación. Pero no sé  lo que es la felicidad si no va acompañada de tu nombe. Es triste, lo sé, que me vas a decir a mi. Pero hay que ponerse la máscara y seguir. Aunque eso no cambie nada, porque cuando te inventas las ganas de levantarte, cuando te miras al espejo y no te ves, entonces ya no te queda nada.
 A mi ya no me queda nada, desde hace mucho tiempo. Pero es que, quien me iba a decir a mi hace año y medio que no ibas a seguir aquí para abrazarme cuando peor estaba, quien me iba a decir que ibas a dejarme sola. Aunque bueno, no se puede dejar algo que no se tiene, y nosotros no nos tenemos, nunca nos hemos tenido. Lo único que puedo decirte es que sigas siendo feliz, porque te lo mereces más que nadie en esta vida.
Yo ya me aplicaré el cuento, solo necesito tiempo, al menos eso dicen.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Más palos en mi vida que sonrisas en días.

“Simplemente tienes que esperar, ya cambiaran las cosas, disfruta mientras tanto”, me dijiste. Pero dime, ¿de qué disfruto? De los buenos días que ya no me das, de todas esas veces que nos evitamos por los pasillos, de todas esas veces que rompemos nuestras promesas. Me he quedado sin cosas que disfrutar y hablo en serio. Últimamente mi vida se ha puesto muy cuesta arriba, atravieso un bache eterno, hacia lo que llaman futuro. Ya estoy cansada, me he creído muchas mentiras y ya no puedo seguir así. No pueden hablar de un futuro, si tú no vas a estar en él, no pueden decirme que las cosas van a cambiar cuando año tras año siguen igual. Y es que a veces la vida es muy perra, intenta hundirte y lo consigue. Odio llegar a este punto en el que te sientes completamente vacía, te faltan ganas, te sobran lágrimas. Estoy cansada de escuchar mentiras y especulaciones sobre el futuro, un futuro que no existe. Estoy cansada de mentirme, de que me mientan; de creerme, de creerles. Que estoy cansada de esperar, de aguantar, ¿cuánto más? Que las ganas se agotan, que el tiempo no para, que yo no avanzo, que me hundo, que yo desde hace tiempo no existo.


Intento olvidarme, intento seguir, intento levantarme cada vez que me caigo, intento respirar sin ahogarme, pero… Me estoy consumiendo y te necesito. Me estoy acabando y tú no estás. Me estoy apagando y a ti no te importa. 

domingo, 8 de febrero de 2015

Well the bigger you get the harder you fall.

Cada vez que respiras, puedo sentirlo. Cada movimiento que haces, cada paso que das, cada sonrisa, cada palabra, todo lo que haces, todo lo siento. Abres la puerta y siento como si estuviera saliendo el sol y cuando apareces es como si fuera el amanecer más bonito del mundo. Fijas tus pupilas en las mías cuando te pregunto cualquier estupidez y tus ojos se vuelven del color más bonito del mundo y permaneces con ese brillo que me crea adicción. Cuando te vas y caminas lento, dándome la espalda, agachando la cabeza. Siento como si se hubiera hecho de noche, una de esas noches oscuras, solitarias, sin estrellas en el cielo.

Una de esas noches que tengo últimamente, desde que me he dado cuenta de que todas aquellas veces que pensé que había llegado al límite, no sabía ni siquiera lo que era el límite. Porque no tenemos límite. Pensamos que no podemos, pero solo es una excusa. La vida no tarda en ponerte a prueba de nuevo. Aguantamos todo lo que nos echen, pero nos rompemos. Y últimamente las noches me rompen, porque no dejo de pensar en que no vas a estar aquí, conmigo. Siento que me acabé. Que tú ya has puesto un punto y final, adonde yo ni siquiera he puesto una coma.


Creí haber tocado el cielo, cuando me cogiste de la mano; pero con que más alto llegas, más fuerte caes.

domingo, 1 de febrero de 2015

¿Qué quieres que te diga? Estoy vacía y aquí no hay nada.

Recuerdo que dije ‘’Porque tú no puedes, ni quieres’’ y tú asentiste, con esa sonrisa. Y sentí como si me hubieran arrancado el corazón, porque se me rompió. Trocito a trocito, estaba desecho y se convirtió en mis lágrimas. Me cuesta respirar cuando sé que todos esos sueños que tuve contigo, no los voy a cumplir nunca. Cuando me doy cuenta de que por mucho que quiera hacerte feliz, no puedo. No puedo porque tú ya eres feliz. No puedo llegar a tú vida y ponerla patas arriba.

Hace poco leí una frase que decía: ‘’Pero supongo que si te amo, debería dejarte seguir adelante’’, pensé en ti. Es cierto, a veces cuando quieres a alguien tienes que dejarle ir, pero eso no significa que no duela. Yo te he dejado ir, siempre. Lo que pasa es que siempre pensaba en que ibas a venir e ibas a decirme que me echabas de menos, pero no vas a venir. Y cuando te miré y vi como decías que no me querías con esa seguridad, cuando vi en el brillo de tus ojos que eras feliz… Me rompí. Todo se fue. Todo por lo que había sido feliz, todo con lo que soñaba, todo lo que perseguía, todo lo que deseaba, todo desapareció.

Recuerdo como se fue todo eso, poco a poco, doliendo cada vez más. Recuerdo como mi corazón dejó de latir. Quería salir de ahí corriendo, irme lejos, olvidarme de todos, olvidarme de mi. Quería desaparecer. Dolió como si fuera la primera vez que me rompían el corazón. Supongo que, al fin y al cabo, lo era. Solo pueden romperte el corazón cuando realmente quieres a alguien. Y yo te amo.


Te amo. Podría gritarlo a los cuatro vientos, podría escribirlo en cada rincón del mundo, que a ti te daría igual. Y eso es lo peor: querer darle todo a alguien, entregarte por completo, para nada. Porque lo que para mí es todo, para ti es nada. Porque lo que para mí significa hacerte feliz, para ti es joderte la vida. Y lo siento por la expresión, pero es la más conveniente, porque estoy así, realmente jodida. Y tú me pides que te prometa que voy a estar bien, después de decirme que no me quieres. Dime, ¿cómo? Como quieres que este bien después de que la persona a la que más quiero en todo el puto mundo, me acaba de dejar claro que no me quiere, que tengo que encontrar a otra persona, que no siente nada por mí. Dime, ¿cómo?