Lo único que siempre me ha importado ha sido que tú
estuvieras bien, es lo único que me importa, la verdad. Ya sé que suelo
fastidiarlo todo cada vez que soy sincera contigo, pero no sé, últimamente mis días
se están volviendo un poquito bastante tristes y tú sigues siendo quien me
salva. A veces necesito hablarte sobre “lo nuestro”, no sé muy bien por qué,
siento que me hace desviar todo lo que apaga mi vida y así puedo sentirte un
poquito más de cerca. El problema es que así lo único que hago es ahuyentarte y
todo se vuelve aún más triste, si es que eso es posible. Luego cuando parece
que todo vuelve a la normalidad, cuando estás más cerca, yo doy un paso atrás
porque tengo miedo. Porque sé que no soy capaz de tenerte en frente sin
imaginar la cantidad de cosas que podrían haber pasado entre nosotros. ¿Eres
consciente de la cantidad de cosas de las que podríamos haber formado parte?
Una lluvia de estrellas cogidos de la mano, una tarde de cine, un atardecer
entre besos, cosquillas a la luz de la luna, una noche abrazados y soñando. Podríamos
haber formado parte de tantas, tantas cosa que lo peor de todo es que tú lo
sabes perfectamente y tienes clarísimo que habríamos sido felices, de no haber
sido por ti. De no haber sido por mí, por llegar tarde, a destiempo, rompiendo
contra todo. Lo que podría haber sido… porque podría, siempre me lo has dicho.
Ahora no es, pero podría haber sido. Y eso creo que es lo peor de todo, porque
si podría haber sido, ahora mismo sería. Porque tú no te enamoras de una
persona por el momento en el que entra en tu vida, sino que te enamoras de la
persona y punto. Tú dijiste sí, cuando habrías deseado decir no. Pero lo
hiciste, tú dijiste sí y mi corazón se salió del pecho. Dijiste sí y creí por
un momento que todo lo que podríamos haber sido dejaría de ser un condicional y
pasaría a ser un presente. Pero no, se me olvidaba que tú nunca dijiste que sí.
Tú lo pronunciaste y ya está, pero dijiste algo completamente distinto. Por eso
nunca fuimos, porque afirmaste algo que no querías y aún sigo preguntándome por
qué.