miércoles, 18 de octubre de 2017

Ahora dime por qué.

Si he visto en ti y a través de ti, ¿cómo voy a cerrar los ojos ahora? Si he probado tu tacto una vez y ya lo hecho de menos. Si he visto tu risa rozando mi rostro y ya no quiero dejar de verla, así: tan de cerca, tan bonita. Qué me estoy haciendo, qué me estás haciendo. Demasiadas cosas pasaron en unas horas, como para poder olvidarlo tan rápido. Demasiadas cosas se aclararon en mi corazón en tan solo una noche. Qué me has hecho y por qué, si ahora es cuando vas a huir, cuando ya no existiré para ti, cuando no dirás mi nombre, ni mirarás mi rostro. Si no ibas a quedarte, dime:
¿Por qué viniste?

Aquella noche que se nos hizo de día.

Todo esto te parecerá tan raro, todo lo que te dije, todo lo que hice. Ojalá pudiera mirarte a los ojos y decirte que nada de eso era cierto, que fue el alcohol el culpable, que me puso más cariñosa de lo normal. Pero es que no fue así, fue ese yo que tenia escondido en mí y contra el cual luchaba cada vez que te veía. Es tan raro, porque a ti sí que no puedo quererte, ni siquiera a escondidas. No tengo la certeza de haberte besado, pero sí la tengo de haberte tenido a escasos centímetros y qué quieres que te diga, muy estúpida tuve que haber sido si dejé correr esa oportunidad. Ojalá pudiera recordarlo al cien por cien, porque habría sido precioso. Ojalá te dijera todas las cosas que pienso de ti, las que pienso de verdad, no las que le digo a todos esos que no hablan bien de ti.

La realidad es una y todo lo que alguna vez me contaron de ti, no lo creo del todo. No creo que seas estúpido, creído y que seas un capullo. Creo que lo que ven de ti, no es lo que hay de verdad. Tienes un corazón increíble, debes tenerlo si me soportaste aquella noche. No sé si todo lo que recuerdo fue cierto, pero te juro que sigo sintiendo tu mano entrelazada con la mía, mi cara apoyada en tu pecho y tú diciéndome que no pasaba nada. Recuerdo pedirte que me acompañaras a mi habitación, recuerdo abrazarte en ella y quedarme a escasos centímetros de tu boca. El resto es muy confuso y no quiero adentrarme en mis pensamientos, porque no sé si quiero saber la verdad.

Sé que me mentiste y la única razón para hacerlo es que de verdad pasara algo, me da pena que no seas capaz de decírmelo porque te avergüenzas de ello. Es lógico: tú no querías, es mejor olvidar. Todo lo que pasó me lo guardo para mí, de la misma forma que espero que tú también te lo guardes para ti y así algún día, poder compartirlo. Reírnos de ello y confesarte con el corazón más abierto que nunca, que todo lo que hice fue porque quise. Porque quería estar contigo, porque quería hacer aquella noche nuestra y así fue, ¿no crees?