jueves, 22 de octubre de 2015

Por si acaso tú y yo.

Un día pasa. Pasa que llega alguien que te devuelve la sonrisa, alguien que te alegra los días y que te devuelve la ilusión que hacía tiempo que ya no tenías. Porque sí, un día esa sonrisa que tenías medio rota, empieza a arreglarse y tú empiezas a tener ganas de volver a creer.
Te preguntarás: ¿A creer en qué? Y te diré que vuelves a creer en las personas, vuelves a creer en su magia.
Porque sí, un día pasa, te das cuenta de que quien te quita el sueño no es quien te rompió el corazón, sino quien empieza a arreglartelo. Y eso es bonito, es volver a sonreír como hacía tiempo que no lo hacías.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Pero si te vas notaré eso que late completamente vacío.

Olvídame. Sé que tendría que ser al reves, pero tú puedes hacerlo y yo, me he dado cuentade que no. Lo he intentado tantas veces, de tantas formas distintas, que ya no sé como hacerlo. Así que olvídame; no te costará mucho. Es que, no puedes pedirme normalidad, cuando lo que siento no es de este mundo. Cuando, además, me has dejado a medias, porque has decidido irte y te has quedado a medio camino, como siempre. No es que quiera que te vayas, ni mucho menos, solo entiende que no puedes hacer esto. Al final, voy a ser yo quien acabe marchandose. Aquí no hay más que  catástrofes. Aquí esta todo vacío y la soledad asusta. Olvídate de mi, que sé que lo harás. Que sé que lo deseas. Olvídate, olvídame. Pero si te vas, no vuelvas. Porque si vuelves, te irás otra vez. Y no , métete en la cabeza que no puedes hacerme esto.  Que me destroza verte a mi lado y no mirarte. Me destroza saber que estoy empezando a cansarte, que estoy empezando a no importarte.
Olvídame, que yo de no pensarte me convierto en aire.

Que yo sobrevivo muy bien a las catástrofes, aunque luego no sepa cómo vivir.

jueves, 8 de octubre de 2015

El abandono duele más cuando quien se va no te explica por qué lo hace.

¿Por qué siempre acaba pasando lo mismo? Siempre acabamos perdiéndonos, para luego volver a empezar como si nada. No sé tú, yo ya estoy cansada. No es justo para ninguno de los dos. Porque después de todo, las cosas no pueden quedarse así. Puede que te preguntes qué es ese todo, pues bien, me refiero a: cuando te escribí que te quería,  cuando te lo dije mirándote a los ojos,  cuando me dijiste que no,  cuando me rompí, cuando me arreglaste, todas esas veces en las que hemos hablado de todo esto, todas esas veces en las que has hecho todo lo posible para no dañarme, todas las veces que te he escrito, todas las veces que no has contestado y todas las que sí, después de todo lo que hemos vivido. De tardes en la playa, de noches de palabras, de abrazos en los pasillos, de todos los momentos compartidos. Después de todo no puedes, simplemente, convertirte en silencio. No puedes, esta vez no. Me estas volviendo a romper y ahora no puede ser así. Deja de irte, quédate aquí. No necesito que te alejes para saber que no estas a mi alcance, que ya lo sé, que nuestras distancias no están medidas en el sistema métrico, ni en ningún otro sistema, nuestras distancias no son números. Pero no puedes desaparecer sin darme respuestas. No puedes irte sin más, porque me dejas aquí: sola, vacía, inútil.

¿Tan mal he hecho las cosas? ¿Tan mal te he querido? ¿Tan mal está que siga haciéndolo? No lo entiendo. No puedo entenderlo. Me mata este ni contigo ni sin ti. No sé si es que para ti nunca pasa nada y para mí siempre pasa todo. Y si es así, no sé quién lleva la razón. Yo hago preguntas y tú no respondes. Eres tú el pasas, eres tú lo que pasa. Pero mira, ya vendrás un día. O a lo mejor no y tengo que joderme para el resto de mis días. Esperar me está empezando a saber a poco porque sé que no vas a llegar. Ni lo supongo, ni lo imagino, lo sé. Si es que no dejas de decírmelo con tus acciones. La estas jodiendo mucho, me estás jodiendo. Me estoy evaporando, esfumando.




Ya no estoy.