Debes saber que lo intenté. Que hubo
muchos días en los que hacia cualquier cosa por no pensar en ti. Noches en las
que odiaba no poder dejar de pensar en ti. Lo intenté, intenté olvidarte e
incluso intenté olvidarme. Pero no hubo resultado. A la mañana siguiente
siempre me despertaba con algún sueño, que nunca acababa, en el que siempre
aparecías. Siempre encontraba una canción que me recordaba a algún momento
vivido contigo. Siempre encontraba una fecha, un libro, cualquier pequeña
estupidez que me hacía pensar en ti.
Así
que no me digas que no intente olvidarte, porque lo intenté y no hubo
resultado. Lo intenté y no pude. Por eso comprendí que probablemente ya no
pudiera sin ti. Puede que no estuviera preparada para olvidar, puede que ahora
tampoco lo esté. Pero por muy jodido que sea esto, te aseguro que me mantiene
en pie. Que no me importa lo imposible que pueda llegar a ser, que te quiero y
no sé cómo no hacerlo. Puede que en dos años todo cambie, pero ahora mismo te
necesito tanto como al oxígeno. Porque mientras estaba olvidándote, mientras
estaba sin ti, sentía que no tenía nada y que la vida, los días, pasaban y
pasaban lentos y yo no te tenia. Por eso no puedo ni quiero olvidarte, porque
muchas veces eres el único da sentido a mi vida y siento que sin ti, no hay
nada.
He
intentado olvidarte pero siempre recordaba el día en que te conocí, la primera
vez que hable contigo. Recuerdo, cuando te conocí de verdad, cuando tus buenos días
se convirtieron en rutina, cuando lloraba de la risa. De esto hace simplemente
dos año, pero no fue ahí cuando me enamoré. Meses más tarde, cuando apenas
quedaba un mes para que volvieses a ser rutina, empecé a soñarte. Y yo no entendía
nada, pero no tuve que esperar mucho para entenderlo. Aquella tarde, en la que
yo le daba vueltas en mi cabeza a que era lo que sentía, aquella tarde en la
que yo te miraba mientras hablabas enfadado y entonces tú me miraste. Aquella
tarde, me di cuenta de que lo que sentía era más grande de lo que pensaba. Me
miraste y el tiempo se paró, también mi corazón. Los días, a partir de aquel
momento, se volvieron largos, increíbles y maravillosos a tu lado. Los otros en
los que no estabas eran terribles. Y aquello fue creciendo y tú estabas siempre
en las malas y esto crecía sin que tú lo supieras y sin que tú quisieras. Y
entonces pasó. Te lo dije y al principio todo era igual. Pero seis meses
después, cambió. Diez meses después, sigo esperando un abrazó. Diez meses
después no estas, como antes, en las malas. Diez meses después te echo de
menos. Un año después, te quiero.