Tragas, lloras, tragas, ríes y ya nada ha pasado. Hasta que vuelves a levantar la cabeza y te das cuenta que todo en cuanto te rodea es una basura. Que las personas a las que más quieres, no te dediquen tan siquiera dos sonrisas al día y que tengas que tragar todas y cada una de sus lágrimas. Que solo escapar, lo arregla todo. Que esconderte a veces es lo único que te salva. Un escondite al que no llegue toda la basura y te ahogue, que te deje respirar, vivir y sonreír. Y sé que un día, echare a correr, y encontrare ese escondite. Sea donde sea.
Llevo trece años sonriendo y pensando que soy feliz con lo que tengo, pero es que no puedo ser feliz, si ni siquiera sé lo que tengo.
Que cada día es peor y menos aguantable. Que cada día es un peso más. Y que no soy tan resistente. Que me estoy rompiendo poco a poco. Que necesito otra estructura o simplemente un pilar que pueda con todo. Que quiero seguir viviendo, no seguir cumpliendo años. Quiero respirar aire fresco, no recalentao’. Ponerme en pie y nunca caer. Sonreír con motivos o simplemente con otras sonrisas. Que poco a poco me quemo por dentro y que ya no veo cada año que cumplo como un año más. Que lo veo como un año menos en este mundo, si es que puede llamarse así...