viernes, 16 de febrero de 2018

Qué hay de malo en desnudar tu piel.

No sé tú, pero yo me acuerdo de todo. Desde aquel día ne que te puse entre la espada y la pared hasta aquel otro en el que cogiste la espalda y me atravesaste el pecho. Cicatrizando y con momentos de angustia, me siento un día cualquiera y te pienso, como tantas otras veces he hecho. No lo mereces, o quizás sí, pero no me gustaría que alguien que no acepta un "te quiero" se lo merezca.

Me remueve por dentro el hecho de saber que todo lo que vivimos ahora ya no significa nada y eso era lo único que nunca quie que pasara. Yo quería que me recordaras, a mí y a todas esas palabras, quizás no bonitas pero sí reales, que te di. Quería que te preguntaran por aquellos peces y que dijeras mi nombre. Algo tan simple como no desaparecer de tu memoria jamás. Aunque bueno, supongo que ahora ya todo es distinto. Siento que te he sacado de mi vida, que te abrí la puerta y tú no dudaste ni un segundo en marcharte.

Sinceramente, no me duele que no estés en mi vida. No me duele el presente, sino el pasado en el que estábamos juntos y no había nada malo. Eso no volverá a pasar y la culpabilidad vuelve a mí, ya sabes que es mi fiel compañera. Pero no creas que esta culpa es por quererte, la culpa es por haber echado a alguien que no quería que se fuera nunca. Eso es de lo que me arrepiento, pero de quererte no. Ni ahora ni nunca me arrepentiré de haberte querido y haber querido estar y compartir contiga cada día de mi vida.

Ya sabes lo mucho que te quise y, aunque me duela, te quiero. No hace falta volver a decirlo.

Hasta siempre,

tu bicho.

miércoles, 7 de febrero de 2018

No puedo decirte más verdades.

Jamás me diste ni una sola razón para quedarme, aún así, aquí sigo por si algún día te da por volver a ese lugar donde no éramos todo, pero sí nosotros.

No voy a mentirte, lo echo de menos.

Cómo no voy a querer volver a esos tiempos y lugares en los que no solo amé la vida sino que me amé a mí misma. La única vez en la que me quise y me encontré. Todo eso contigo, siempre estabas tú en los tiempos en que fui feliz conmigo y con lo que sentía.

No tienes ni idea lo que supone saber que eres consciente de todo eso y aún así no apareces. Porque no te importa y vuelves a darme una razón más para irme, pero aquí sigo.

No voy a mentirte, te echo de menos.